El espejo hace el milagro, de multiplicar la imagen de Nathaly, aunque la razón nos aterriza a concluir que es única. Tanta belleza se iguala con tanto talento para dar una fórmula perfecta de una gran actriz y una gran belleza. Ahí está, sólo hay que buscarla y agradecer su arte, no interesa si no podemos encontrarla en aquellas veredas sucias de la pantalla amafiada o de los escenarios que son grandes en cuanto a sus instalaciones pero pequeños en cuanto a la pureza del arte supremo.