Angela Aguilar no es la gran voz para el mariachi ni una cantante fuera del parámetro normal, sin embargo de no haber sufrido las torpezas de su padre Pepe Aguilar como su guía artística, la joven de rostro hermoso podría haber tenido otro click con el público, por lo que expertos en mercadotecnia, le encuentran como única solución al naufragio artístico de Angelita, es abandonar la falsa pose de niña dulce y convertirse en la primer niña sexy, de instintos perversos y precoces que haya registrado la industria de la música con Mariachi pero que es normal en el género musical del rock. La nieta de Antonio Aguilar y Flor silvestre debutó como cantante a sus cortos diez años como parte de una normalidad en su familia, que acostumbraba realizar espectáculos familiares con caballos, pero su debut fue cuatro años de edad más a los que tenía la niña prodigio Ángeles Ochoa quien lo hizo a los seis, y que a diferencia de Angela, el talento y el deseo de cantar con Mariachi nació de un sueño más que de un oficio heredado, aunque también una mala estrategia artística hizo que la cantante del cabello hermoso no tuviera los alcances de Aída Cuevas, cuando la bajacaliforniana tenía los mismos dones. Ángeles le ofrecían ser más libertina en sus expresiones ante su belleza que atraía a los jóvenes a escuchar Mariachi, sin embargo su belleza nunca fue indispensable para sobresalir ante su potencial artístico, situación que es todo lo contrario para la estadounidense nacida en el seno de la familia Aguilar. Ángeles Ochoa mantiene un récord de presentaciones en el teatro de la Ciudad, cuando en 1983 se presentó por ocho meses consecutivos en este recinto, cuando Angela no es capaz de llenar un auditorio sino es por medio del obsequio de boletos, sin embargo la inconsistencia de Ochoa hizo que su carrera perdiera rumbo en el 2014 cuando su prioridad fue su maternidad y entre depresiones por la muerte de su padre, sin que en la época de Ángeles Ochoa existieran trucos como los Grammys o los duetos con estrellas que pudieran influir en la percepción del espectador que al final se le puede confundir pero no engañar, tal es el caso de Ochoa que sin tener la agresiva publicidad que Aguilar, aún es recordada mientras que Angela parece caminar por tierra movediza, en donde mientras más se mueve más se hunde, al fingir un amor a su país que en el fondo es una conveniencia comercial, cuyo sentimiento se percibía más legitimo en Ángeles Ochoa, pese a que al igual que Angela, prefería residir en Estados Unidos, pero la clave importante, es que en realidad Ángeles Ochoa es más artista que Angela Aguilar, aunque en belleza resultan majestuosas ambas cantantes.
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