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Mientras la televisión mexicana se convierte en un flojo y aburrido espacio comercial nocturno y se carece de creatividad para los programas matutinos, se desperdicia a una estrella de la conducción como Rocío Sánchez Azuara en programas nefastos con debates superficiales e invitados comprados y falsos. La rubia ojibella, es la máxima presentadora de programas de controversias forzadas, al grado de que la proyectan cadenas de televisión diferentes y la programan casi a todas horas de la televisión abierta, tanto con programas nuevos de TV AZTECA como con emisiones antiguas de IMAGEN Televisión que le siguen resultando funcionales y en donde no pretenden separarse del material heredado por Sánchez Azuara. La hermosa comunicadora dejó reducida la figura de Cristina Salaregui que resultó novedosa en este tipo de programas que no existían en la televisión latina en 1989, y ni que decir de Laura Bozzo que escandalizó a Perú por tratarse de una exfuncionaria del gobierno peruano sumergido en la corrupción. Los programas de exposición de problemáticas en circulo y que a los amantes del inglés, les gusta denominarlos como Talk Show, han sido importantes para la trayectoria de Rocío Sánchez Azuara como anteriormente lo fue su noticiario de nota roja, pero ¿qué acaso una dama tan hermosa con la capacidad de improvisación y dominio de foro no merece cambiar su giro que no tarda en agotarse por un programa de variedades que tanto esperan los televidentes noctámbulos?.
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