Aunque por la desaparición de la industria discográfica física y por la cercanía de las distancias territoriales que ahora brinda la tecnología, México ya no es el magno aparador de América Latina ni el trampolín idóneo para conquistar el mercado estadounidense, como lo era antes; pero con todo y esa situación, México sigue siendo un territorio para la industria del espectáculo y para obtener comodidades de vida, gracias a su su condición geográfica, a su número de habitantes que resultan consumidores y hasta por sus prejuicios aspiracionistas que intentan copiar a su vecino del norte lo que apodera un modo de vida conductista. Bajo estas condiciones, diferentes artistas extranjeros buscan tierra azteca para trabajar, promover su material, vivir del público mexicano, y lograr así salir de la crisis económica personal que tenía en su país, y se mantienen cómodos viviendo de México, incluso hasta obteniendo la nacionalidad mexicana, para después de todas esas ganancias que muchas veces no tienen en su país de origen, entonces irse a vivir a Estados Unidos pero sin dejar a México como su lugar de trabajo a conveniencia más que por amor y hasta tratar de lograr otra nacionalidad, ahora estadounidense. La cantante y actriz cubana Lis Vega, asegura mantener un romance con México y con los mexicanos, y aunque describe las delicias que tiene este país y profesar un amor sin conveniencias, también nos confesó mantener una residencia en Estados Unidos aunque la única actividad artística que ejecuta, es casi en su totalidad, en territorio mexicano por lo que reconoce, que para muchos México es un trampolín migratorio, aunque destaca su amor por tierra azteca.