Por entregarle a la Presidencia de la República tres elementos que no tenía que es honestidad, coherencia y popularidad envuelta de agradecimiento, y después de por fin darle a México un buen gobierno, es por lo que indiscutiblemente Andrés Manuel López Obrador es el Hombre del 2024, quien determinó retirarse de la vida pública del país después de ser por más de veinticuatro años, el escribano de la agenda del país, al ser un líder mundial que conservó de principio a fin sus índices de aceptación, encabezando entre el primer y segundo lugar de mandatarios en el mundo por los seis años de su mandato, al que culmino con el principio sagrado de la no reelección. El llamado Peje o AMLO encabezó una revolución electorera y presidencialista pacífica, desmontando el fraude electoral (de lo que fue víctima en tres elecciones, dos presidenciales y una local), y desmantelando el abuso privilegiado del presidencialismo. Sin necesidad de una reforma constitucionalista ni el levantamiento armado, es que por la vía de la resistencia y la efectividad administrativa ganó con las propias reglas deterioradas y dejó hasta después de su mandato, planes de gobierno para terminar de exterminarlas con su llamado plan C. Hizo de MORENA un recurso presentado como partido político que en un par de años se convirtió en potente y ahora en la fuerza uno del país. López quitó máscaras, remontó tabúes y encajonó al pripanismo que operaba disfrazado de pluripartidismo. Devolvió el prestigio internacional y demandó lo que Presidentes sin credibilidad ni calidad moral, no quisieron ni pudieron hacer bajo esas condiciones. El Lópezobradorismo creador del morenismo y de la 4T, no es un movimiento revolucionario en el aspecto social aunque sí en el político que benefició a lo social, pero sí es un restructurador ideológico con una política nacionalista, antineoliberalista y progresista. Nada de los cambios radicales que han ocurrido en la vida política, partidista, de comunicación oficial y administrativa del país en este siglo, hubieran sido posible sin un hombre llamado Andrés Manuel López Obrador, el líder del siglo y el hombre del año.