ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-El hecho de que la transmisión realizada por la televisión pública del homenaje a la actriz Silvia Pinal desde el Palacio de Bellas Artes, haya sido la mejor de todas, demuestra lo competitiva que puede ser ésta, al grado de permitir exportar programas y ganarle audiencia a la televisión privada, al ya no existir pretextos de que el limitante de hacer buena televisión puede ser la falta de recursos económicos, mismos que ha sido reducidos gracias al avance tecnológico que exige más creatividad y autenticidad que grandes foros. Televisa, Grupo Fórmula, Milenio, Multimedios, TV Azteca, Imagen televisión, y otras cadenas, incluyendo el canal 22 que es Televisión estatal, fueron rebasadas con lo que hizo el canal 11 y 14 con las mejores captaciones, la mejor narración y la cobertura completa del homenaje a Pinal, misma que no tuvo los cortes comerciales que tuvo la pantalla privada y que anunciaban productos milagros hasta para curar males de la próstata. Considerando que un cuarenta por ciento de mexicanos no tiene acceso total a internet y que se encuentran secuestrados entre una Televisión Privada tendenciosa y sin adelanto en sus últimos cuarenta años de existencia, y entre una televisión pública aburrida y cuyos espacios informativos comienzan a tender a la parcialidad política, es que la pública debe asumir mayor responsabilidad que la privada que se caracteriza por adoptar posiciones dignas de revocación de concesión, pero que si se logra medios públicos competitivos, sin necesidad de acciones drásticas de gobierno, el televidente dejaría en cascaron a la pantalla comercializada y con tiro de gracia. Así como han desaparecido los comunicadores obsoletos como Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva , Adela Micha, Víctor Trujillo entre otros, por ya no ser necesarios en sus empresas, de la misma manera deben aparecer comunicadores de nueva generación con otras alternativas de expresión periodística y entretenedora, tal como han aparecido caras nuevas en los medios digitales, pero que en una televisión progresista sería indispensable la imparcialidad y la credibilidad que puede brindar el nuevo personal no censurado, al grado que puedan dejar paralizada a la televisión comercial que al menos en la transmisión en vivo del homenaje a Silvia Pinal de este sábado, noqueó a las televisoras gigantes y sin cuenta de protección, y abrió esperanzas para que la caja idiota deje de serlo o al menos sus espectadores puedan tener la variedad de programación con la que asuman que ellos no lo son. La televisión pública no debe abandonar su camino educativo y cultural pero a base de un plan de entretenimiento como sustancia indispensable que debe tener la televisión y con un canal destinado a la competencia frontal con la televisión comercial pero con valores que la otra ha perdido.