Ante el bloqueo judicial para lograr el avance progresista del país, cualquier movimiento de gobierno resultaba paralizado, hasta que el Presidente Andrés Manuel López Obrador invocó al pueblo de México, no solamente para ganar la presidencia del proyecto regenerativo de México por parte de Claudia Sheinbaum, sino también alcanzar la mayoría calificada para con ello modificar el nombramiento de jueces, ministros y magistrados a efecto de que ahora fueran asignados por el voto ciudadano como también ocurre en el poder ejecutivo y legislativo. Lo que parecía imposible al final resultó otra perla en el rosario de triunfos políticos de AMLO, y ahora la mafia judicial que llegaba por medio de compadrazgos, parentescos y designaciones políticas han tenido que pedir el voto de quienes han sido sus sufridos sometidos a sentencias despegadas de derecho y en favor de la esfera de poder y no de la justicia ciudadana y apego a la legislación. quienes incluso estuvieron a un paso de invadir la esfera legislativa y quienes daban resoluciones abusivas, que han sido exhibidas en la vida pública, como el caso de la injusta resolución en contra de Yoseline Hofman mejor conocida como YosStop y la dictada al padre de la joven Daniela Parra. Los cambios que poco a poco han venido surgiendo ante la concientización y politización ciudadana y la desmonopolización de los medios de comunicación, como lo es la victoria laboral de Ana María Alvarado ante la influyente pero denigrante Maxine Woodside, debe estar acompañadas al derrumbe de la influencia y el dedazo judicial, así como a la eficacia de la autoridad investigadora, la corrección de leyes inoperantes como los códigos procedimentales como la mala elaboración de los juicios orales o la reclasificación en las consignaciones de la autoridad ministerial ante el juez de control, los puestos abusivos bajo el amparo de la legislación como e caso de la presencia notarial y la ineptitud legislativa en la elaboración de los preceptos legales, deben acompañar al cambio en la elección de jueces y a lo que puede ser el inicio de una nueva forma de votar, única en el mundo y ahora inédita en México, en donde el votante cambia del tache manipulo como producto de la opción múltiple, a la escritura nominativa que demanda una investigación y debida información sobre el votado. Comunicadoras como Paty Chapoy que desesperadamente invitan a los televidentes a no votar este uno de junio por el cambio de juzgadores, y como Woodside que tienen la idea de que un juicio es parecido a un partido de fútbol en donde los grandes devoran a os chicos bajo la complicidad arbitral, hoy se topan ante cambios radicales que no han sido consecuencia del voto, pese a ser la herramienta más primitiva dentro de la participación social.