Los años ochentas fue una década de fábrica de cantantes mexicanos, en donde figuras como Yuri, Pandora y Mijares -aunque éste con una carrera de covers-, resultaron las verdaderas estrellas, a diferencia de otros como Ana Gabriel y Daniela Romo, que fueron impulsadas en base a una imposición televisiva y las vendían como estrellas cuando en realidad resultaban unas mediocres que solamente llegaban a tener a su disposición a buenos compositores. La programación repetitiva hasta el cansancio, la monopolización mediática sin competencia alguna y la fama mediante el Festival OTI, seguramente ya no funcionarían ante la actual debilitación de la proyección televisiva y la desaparición del disco que es promocionado por la venta digital, por lo que actuales profesionales del canto como Lucero Mijares, Angela Aguilar y Alex Muñiz; no consiguen colarse en el gusto de la mayoría de los espectadores y están desarmados al no poder persuadir lo contrario, para generar éxitos artificiales. Ahora el programador es el propio oyente y no el locutor payoteado o la estrategia negra de la contrapayola, y muestra de ello, es la presentación reciente de Daniela Romo en el VIVE LATINO 2025, en donde no aparecieron mantas en apoyo de la cantante como ocurría en las giras por diferentes teatros y estadios del país, durante las giras de Raúl Velasco con "Siempre en Domingo", por lo que fue notorio que en el festival referido, los asistentes tuvieron que soportar a Romo que no ha tenido un éxito musical desde 1991 con "Amada más que nunca", en aquellos años en que sí existía el ejercicio de la imposición mediática, por lo que ahora los discos de Daniela que ha grabado en 2012 y 2015 con los temas "Para soñar" y "La Voz del corazón", no se conocen de manera masiva, porque no se escuchan ni por casualidad. Y ni que decir de productos lanzados a la fama como Wendy Guevara que después de supuestamente romper récord de votos en un reality show no ha logrado el impacto de aquellos exbigbrothers del año 2000 o la fama que adquirió Jolette en "La Academia" o la que ganó Paulina Rubio que sin tener voz, la publicitaron como estrella mexicana internacional. Lo mismo en el caso de María León que atendió a los cantos de las sirenas y de los promotores "genios" , que siendo que la cantante tiene talento y que se mantenía en una carrera que iba en ascenso, se desesperó y al tratar de ser una Gloria Trevi de la noche a la mañana, tiró al inodoro, todo lo ganado en años de esfuerzo y hasta quedó ridiculizada al intentar cantar el Himno Nacional Mexicano en donde olvidó las estrofas e inventó la letra. Aunque todavía se cumple la premisa de que un artista mientras más aparece en televisión es menos artista; lo que ya no se cumple es la confusión intelectual para lograr que se consuma todo lo que se promueve en la llamada caja idiota como fue titulada la televisión desde los años setentas. está claro que en los nuevos tiempos, el cometido de imposición masiva, no se logra obtener en la Tv, ni con un programa estelar con el objetivo de publicitar a "nepobabies" por sus propios padres, que ocupaban hace cinco décadas, esos mismos horarios en el canal 2 de Televisa, y que ahora los vuelven a ocupar con la idea o el autoengaño de que el telespectador no es capaz de evolucionar ni con el tiempo, ni con las circunstancias ni con los nuevos modos tecnológicos, sin considerar que los ciudadanos mexicanos fueron capaces de escoger en el 2018 a un Presidente de la República progresista pese a la propaganda televisiva en contra de que así fuera, por lo que con mayor razón, los espectadores son capaces de seleccionar a sus propias estrellas ante otras alternativas más efectivas que un televisor convencional sin acceso a internet.