Las consecuencias del dominio por parte de un gobierno corrupto, no solamente son las económicas, también trae daños mayores como es el atraso educativo y el direccionismo atropellante de valores y de dignidad patriótica y humana. Tal situación es la razón que exista resistencia de regresar al pasado corrupto que vivía nuestro país, pero no solamente por aquellos que se vieron favorecidos de las corruptelas y los abusos de poder derivados de un presidencialismo dictarorial, sino también de los propios agraviados, que aún siendo la minoría, resulta sorprendente su sometimiento mental como consecuencia de los puntos anteriormente señalados, además del impulso de comunicadores tradicionales que mediante la comunicación monopolizada, invertían lo bueno en malo y lo malo en bueno hasta propiciar un trastorno social compuesto en el conjunto de individuos a la orden del dicho del comunicador para de inmediato adoptarlo como idea propia, por más falsa que pudiera ser hasta propiciar el aislamiento de la realidad. Esa es la explicación de que aún con evidencias de un mal gobierno se le defienda y en cambio se ataque al que sí resulta favorable, y que sea hasta muy tarde que se convenzan los engañados, de sus juicios de valor equivocados o que quizá nunca lo hagan abatidos sin un criterio propio. La desmonopolización de los medios y la experiencia social han permitido que la colectividad mexicana en su mayoría, ya tenga la capacidad de debatir y encontrar el punto de no coincidencia con el comunicador que lo quiere apresar como receptor amaestrado. Así ocurre, con el caso de la actriz Maribel Guardia quien utilizando astucias legales e ilegales, trató de separar a la madre de su nieto del menor, para luego mostrarse como victima y abuela generosa. No se dejó esperar la acción del comentario mediático influyente, pero ante su poca fuerza a la del pasado, es que Imelda -la nuera de Maribel-, le diera batalla litigiosa hasta evitar el consumo del plan de Guardia. En conferencia de prensa, Maribel ataco a su victima aunque solamente dijo una cosa real, " Esto me puede costar mi carrera pero no me importa", sin embargo los medios al portador del influyente, han logrado que aún con la exhibición de su mal proceder, el acto se vaya diluyendo en la memoria colectiva y quien mostró poco señorío, no pierda grados de honorabilidad ante la inmoralidad de conductores de radio y de televisión para que todo siga transcurriendo como si nada, con la novedad de culpar a quien no lo es, de manera informativa al ya no poderlo realizar de manera legal ante la falta de derecho. Lo mismo ocurre con la actriz Yadira Carrillo, quien salió ilesa de gozar de la fortuna ilícita de su esposo Juan Collado que después de ser acusado y procesado tras las rejas por lavado de dinero y delincuencia organizada, resulta que el poder judicial podrido de Norma Piña, al final lo declaró absuelto y eliminaron cualquier actuación en su contra, ante los ojos de la sociedad notoriamente agraviada, maniobra judicial que no dejó tranquila a Yadira de que posteriormente surgieran más problemas por la conducta oscura de su cónyuge, por lo que determinó divorciarse de Collado a unos meses de su salida del reclusorio, para ahora seguir como gran señora y hasta aparecer como protagonista de la telenovela estelar de Televisa. Y mientras tanto, el daño al bien jurídicamente tutelado, quedó en el olvido, al igual que las canalladas de Maribel Guardia, por mucho que se admire su belleza y por mucho que muestre actos de gentileza ante sus fans y ante la prensa. El descabrajamiento del tejido social se nota, desde entrevistadores y entrevistados que actúan inmoralmente y bajo la violación de los órganos de justicia y la ética, hasta los comportamientos en masa bajo acciones anormales de lo que es una colectividad sana, por lo que resulta fácil cambiar una nota roja por una nota rosa y perfumada.
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