Son muchos y diferentes los momentos inolvidables que han podido ser captados por la televisión mexicana; resulta difícil señalar un topten de todos ellos, hay quienes incluyen en la lista, el Informe de gobierno de Miguel Alemán en 1950 como primera transmisión formal de Tv, otros marcan el último informe presidencial de López Portillo o la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República después de dos fraudes electorales y la verdadera salida del PRI de Los Pinos y no la farsa de Vicente Fox. Otros señalan sin duda la llegada del hombre a la Luna en 1969, la caída del Muro de Berlín, el ahorcamiento a Hussein, el derrumbe de las torres gemelas en el acto terrorista en Estados Unidos y los últimos minutos de transmisón del canal 2 ante el derrumbe de Televisa en el terremoto en México de 1985. También se advierten diferentes partidos de la selección mexicana en los Mundiales de fútbol y la obtención de medallas olímpicas como la obtenida por el Tibio Muñoz, sin faltar la boda de la princesa Diana, la intervención de José José en el Festival musical que diera paso al OTI y los funerales de Fidel Castro, Hugo Chávez, del propio José José y de Juan Gabriel y el balazo a Luis Donaldo Colosio como candidato a la presidencia de México, así como las visitas papales a México. Pero quien nadie deja fuera de la lista de selección en la decena de transmisiones, es el girar y juego de melena -tal y como ocurre en nuestra sección de cascada de lluvia-, de Verónica Castro, en la entrada y cortinillas de sus programas nocturnos, pero sobretodo aquel girar de rostro que daba inició a la telenovela más exitosa en la historia de habla hispana que fue "Los Ricos También lloran".
