Hace siete días se celebró el natalicio de José José cuyo nombre repetitivo ha quedado en la memoria c
olectiva, no solamente por ser el mejor cantante romántico de la historia de la música universal sino por su conocido profesionalismo y sensibilidad que lo hacía atender al público que acudía a sus conciertos de manera personal y no abandonar el recinto hasta otorgar el último autógrafo solicitado. Tal gentileza fue fomentada y heredada en su hija Marysol Sosa quien siguiendo la escuela de su padre, atiende amorosamente al público y lo único que la puede detener para otorgar un autógrafo a su público, es el hecho de que la pluma con la que suscribe, se haya quedado sin más tinta.