Así como fue un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad su llegada a la Luna y la transmisión de este acontecimiento en la televisión mundial, así se vuelve a vivir otro período en la historia de los medios de comunicación convencionales ante el parteaguas que será trazado por la primera transmisión que haga Radio Fórmula, ahora con una lectora de noticias artificial, creada para poder dar un rendimiento permanente, y evolutivo de recepción de contenido inmediato a la conducción de los programa de radio y principalmente los noticiarios, en donde la presencia humana es sustituida por la robótica, con plena capacidad de ejecución y aprendizaje y compromiso de tiempo completo a los proyectos y a la demanda del mundo noticioso, sin que la informante pueda interrumpir su voz en el micrófono o su aparición en la televisión debido a inconvenientes humanos ni a compromisos fuera de lo profesionales, debido a incapacidades físicas temporales o permanentes, a embarazos o vacaciones derivadas de sus derechos laborales. Será la presencia de una linda robot de nombre Nat, lo que inicie la revolución radiofónica y el adiós a las muletillas del locutor y sus comentarios lejanos a la preparación académica y a la especialización, a cambio de un cerebro programable y exacto, que no necesita títulos de escuelas de periodismo patito ni credenciales de asociaciones para una estafadora certificación. Así es como da pie a una nueva revolución industrial que deberá tarde o temprano, también modificar los derechos laborales, ante la aproximación más cercana a lo perfecto pero también a los riesgos sociales, económicos y hasta aquellos que deberán ser contemplados en el nuevo campo del derecho penal y civil como consecuencia de estos adelantos tecnológicos y científicos. Los radioescuchas que hacían volar su imaginación con las radionovelas y las radioaventuras que se planteaban en los programas infantiles, en donde un científico podía hacer hablar y pensar a un sapo y a una lagartija, ahora serán atendidos por una linda parlante con aparentes sentimientos y con objetivos claros de difundir información seleccionada y atenida a un mando de control tal cual lo hacen los lectores de noticias actuales cuya base de datos está subordinada a intereses electoreros y aquellos otros, que han dejado de ser los intereses periodísticos, con lo que la robot seguramente se comportará como aquellos que parecían actuar robóticamente, aunque la atractiva máquina declare lo contrario y diga contar con un código de ética que busca la imparcialidad. Por lo pronto los medios de comunicación en México, abanderados por Radio Fórmula han dado el primer paso de la evolución artificial en América Latina.
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