Claudia
Sheinbaum rindió informe por 100 días de
gobierno como presidente de México, en el Zócalo de la Ciudad de México, y
sobre su cometido de conservar o en su
caso construir un segundo piso de la
llamada Cuarta transformación por el morenismo. Las mayores acciones de
Sheinbaum desde la silla ejecutiva federal, es no cambiar la línea implantada
por el lópezobradorismo y que tantos políticos y empresarios corruptamente constituidos esperaban pudiera
modificar de “golpe y porrazo”, lo que hasta el momento parece ser todo lo
contrario. La vida pública del país
vivió una revolución presidencialista importante con Andrés Manuel López
Obrador, por lo que esta segunda construcción de ese cambio, debe ser ahora un
momento estelar para el poder legislativo como en el sexenio anterior lo fue para el
ejecutivo. La mayoría calificada en el congreso otorgada por los votantes ha
sido la licencia para ejecutar un Plan C
que al principio muchos calificaban como otra locura de López, sin considerar
que todas sus calificadas locuras han sido alcanzadas y cumplidas. El Poder legislativo acompañado del Ejecutivo en estos
100 días del sexenio de Sheinbaum han empezado a desmantelar al operador
neoliberalista que es el poder judicial, con la finalidad de abrir candados
legales y procedimentales que fueron diseñados
para evitar una contrarreforma progresista y el no freno al saqueo del país. La
virtud de Sheinbaum ha sido acompañar esa acción y en vez de vetarla o alentarla, también ha sido protagonista de la
reforma a la estructura judicial. La
mandataria federal destacó que este año serán electos los jueces, magistrados y
ministros del Poder Judicial y negó que la reforma tuviera como objetivo tener
el control de los juzgados y tribunales, sino implementar la democracia. Dijo
que en caso de haberlo querido así hubiera hecho un reforma al estilo del
expresidente Ernesto Zedillo. Una vez superada la acción de desintegrar la mafia
judicial, será importante detallar las
leyes emergentes y reestructurar los códigos de justicia y de procedimientos, pero como
hemos dicho, aunque Sheinbaum pueda lanzar iniciativas de ley, la acción progresista
tendrá que venir del legislativo durante estos tres años. Entre los rubros que
dejó pendiente el Presidente López,por
falta de tiempo, también es lo relativo al sistema educativo y los programas de educación. La
mandataria federal adelantó que presentará un nuevo modelo de educación media
superior. Aunque parece no será de fondo, al menos que se use como primer pretexto, la
acción encaminada a la erradicación del examen Comipems para que los jóvenes
ingresen a alguna de las instituciones educativas. El discurso sheinbaunista parece estar más
enfocado a la realización de obras ferroviarias y de caminos entre otras , incluyendo la construcción de 20
preparatorias, la ampliación de 65 más, en 59 municipios de 30 estados, con lo
que buscan garantizar 40 mil lugares de educación media superior. Sin embargo
la construcción no es lo fuerte de la
hoy presidente, quien como jefe de Gobierno dejó inconclusas obras del metro
capitalino y causó caos en la movilidad siendo que contradictoriamente, es el
cuadro de honor que más presume. Lo más alentador para la nación mexicana bajo
la presidencia de Sheinbaum es el paso firme de
la continuidad al modelo del expresidente Andrés Manuel López Obrador
que nombró como “humanismo mexicano”, el modelo para
gobernar, lo que nos aleja del tipo de gobierno neoliberal. La mayor obsesión
de la Presidente de México, es destacar
el trabajo migrante en Estados Unidos más que el trabajo de los mexicanos en su propio país en donde también sufren condiciones parecidas a los que han cruzado fronteras y sin el cumplimiento de las leyes laborales, así como también la Presidente está en el punto de favorecer
a las mujeres sobre los hombres en vez de hacerlo de manera igualitaria, al grado de que ha llegado a perfumar a los elefantes blancos del pasado con
secretarías de estado excluyentes y
programas que no arreglan ni la situación emergente ni la situación a largo plazo,
como sí lo hicieron las asistencias sociales y universales que implantó el lópezobradorismo.
A diferencia de otros momentos históricos del país, la presidencia
actual sí requiere continuidad de la administración pasada y hasta una
semejanza en el gobernar, ya que es
momento del seguimiento de un movimiento de revolución administrativa hasta su consolidaciónen piso seguro. Por ahora no es Sheinbaum una
Presidente de la conciliación, ya que no existen condiciones para ello,pues la única conciliación que existe en el
camino de la oposición es la corrupción y no un plan alterno de nación, razón por la cual se hundió el nivel de vida del pueblo de
México. Cien días son pocos para calificar y juzgar un gobierno pero el informe
rendido por la primera Presidente en la historia de México, más que
insuficiente o innecesario, deja constancia de que la actual administración
busca un vínculo de cercanía con sus
gobernados bajo el clima de mandar obedeciendo, que hasta sonaba una frase ridícula y romántica para los presidentes
neoliberales. Se avecinan días con golpes bajos y llamados al intervencionismo para disminuir al gobierno actual, pero la
flamante Presidente Claudia Sheinbaum con un alto índice de aprobación por
parte d ellos mexicanos, también anunció que “este año, 13.2 millones de
adultos mayores recibirán un pensión, 2 millones con discapacidad recibirán un
apoyo, 400 mil jóvenes se beneficiarán con el programa jóvenes construyendo el
futuro, 410 mil jóvenes de nivel superior tendrán beca, 4 millones 100 mil
niñas tendrán beca, 4 millones 224 mil estudiantes de preparatoria tendrán
beca, 95 mil 819 campesinos tienen acceso a precios de garantía, 193 mil
pescadores beneficiados por bien pesca”.
Ante la toma de protesta de diferentes Presidentes que
volverán a gobernar en sus países del continente americano, es claro que
México y su actual gobierno, es un ejemplo de organización política y
vinculación activa con los ciudadanos, pese a los destrozos del neoliberalismo
y el ataque mediático.