Mientras para muchos estudiantes y comunicadores con falta de identidad, ideología informativa y enlodados en el direccionismo, sería un sueño trabajar para Televisa y una aberración renunciar a una televisora como esa, resulta que para la brillante comunicadora Alejandra Aguayo resultó inconcebible que después de diez años de brindar talento en la pantalla, solamente fuera ocupada como lectora de reportes vecinales, notas rojas y compás de un teleprónter que había sido programado para atacar desmedidamente al gobierno del Presidente López Obrador. Después de diez años de estar ligada a la empresa de la persiana naranja, determinó el pasado viernes, separarse definitivamente de Televisa y de los espacios Foro, ForoTV y N+ en los que intervenía. En una carta pública en donde expone su agradecimiento a la televisora y al equipo de "Las Noticias de las 17 horas" en que participaba, Ale marcó su despedida, expresando su capacidad de discernir con el centro de trabajo al cual se empleó primero en la filial de Sonora y luego en la mesas de redacción, ubicadas en la avenida Chapultepec número 18 de la CDMX. La madurez intelectual y profesional de quien fuera estudiante de la Universidad Autónoma de Chihuahua, han convertido a Alejandra Aguayo en una periodista en busca de horizontes sólidos, que van más allá de sus sueños estudiantiles inmaduros de trabajar en un canal que admiraba y respetaba, como lo asentó en su comunicado.