Aunque los carentes de ética señalan que no existe la publicidad ni buena ni mala, simplemente existe la publicidad, la realidad es que las cantantes María José Aguilar Carrillo y Ángela Aguilar Álvarez Alcalá, nietas del finado cantante ranchero Antonio Aguilar, son un claro ejemplo académico para los interesados en la publicidad y el publirrelacionismo. Mientras que Majo sin una promoción empalagosa marcha con éxito en su carrera musical, Ángela con el abuso mediático bajo el patrocinio de su padre Pepe Aguilar, resulta decepcionante ante el desproporcional anuncio de su supuesto talento. Las cosas caen por su peso, y existen una vasta variedad de ejemplos de famosos que a base de la exposición de medios, lograron ser tendencia para después hundirse en la mediocridad o simplemente desaparecer sin payola o chayote que pudiera evitar su caída libre. El Himno Nacional Mexicano que es una prueba de admisión que no cualquier cantante ha superado, ha sido mejor referencia entre las primas Aguilar, ya que mientras Ángelita mostró su ignorancia en la entonación del canto patrio, Majo Aguilar lo ejecutó con na gran calidad interpretativa, al entonarlo en los Estados Unidos, en el marco de un encuentro deportivo entre las águilas del América y las chivas del Guadalajara, en donde la cdmxense le puso el ejemplo a su consanguínea californiana.