Sí en cualquier actividad profesional y ciudadana en el país, se tiene un compromiso patriota, mucho más se tiene tal compromiso, en una figura pública que gracias a sus apariciones en medios masivos es famosa aunque no sea artista, y mucho más aún, aquellos que sí son artistas. La vulgaridad que siempre ha acompañado a Rafael Inclán que surgió a la fama como un oportunista del subcine, financiado por el saqueo lópezportillista, en donde los desvíos de recursos encontraban buen camino en las taquillas de los cines que proyectaban películas de ficheras y de "acostones" que podían filmarse en un solo día, y que se consumían por el público mexicano en armonía a su bajo nivel educativo, y a la perversión gubernamental de presionar a la empresa cinematográfica para impulsar y saturar las salas de estas películas, que fueron descalificadas por la propia Sasha Montenegro, actriz de estos materiales y amante del expresidente José López Portillo. Inclán también se ha anclado en el parasitario actuar del sindicalismo mexicano, que sin la ética de responder a un cargo de elección, es capaz de renunciar a carcajadas como si fuera un cargo empresarial, cuando no se siente cómodo, y que se ha mantenido muy activo en la ANDA, en uso de su derecho, pero también como una manera estratégica para obtener beneficios salariales de Televisa, ante una ANDA que no ha reglamentado sobre el conflicto de interés en donde quien supuestamente defiende los derechos de los actores en un cargo, resulta a la vez empleado activo y fiel de la empresa que comete los abusos de control laboral. Lejos esta Rafael Inclán de ser un artista con compromiso social, como el referente que dejó en las carpas del humor político, Jesús Martínez Rentería mejor conocido como "Palillo", quien vivió la persecución tanto de regentes capitalinos como de Presidentes bajo convicciones priístas y de vetos de la propia Televisa, a la cual no le convenía su humor potestativo, independiente e informado y en contra del abuso presidencialista dictatorial, por lo que la trayectoria de Palillo sin tantos reflectores no se puede comparar ante la carrera mezquina de Rafael Inclán que logró joyas maestras de la cinematografía con alto grado de aportación educativa como "Las golfas" a unos meses de la matanza estudiantil de Tlatelolco, "la Ficheras", "El alburero", "las cariñosas", "El fayuquero" y también delicias televisivas como "Pinches Momias", "la escuelita VIP" con Jorge Ortiz de Pinedo otro "genio" de la TV y programas con Eugenio Derbez, para también darnos más amplia idea, y que sin calidad moral y con pésimo manejo del humor negro que sí tenía Palillo, advirtió que "México tendría una ama de casa por seis años", refiriéndose a que una mujer sería Presidente de México, lo que fue calificado como un acto intolerante, grosero, de los cuales abundan muchos y en muchas partes, por lo que el punto no es lo que pueda decir un parásito del sistema sin preparación ni académica ni artística, aquí el punto es la importancia del dicho de voces que originan un apunte editorial como el que ahora se redacta, cuando existen otras voces aportativas que se pierden en el silencio, así como lo hipócrita de aquellos famosos de la televisión que critican de insustanciales a los famosos que aparecen en los realitys show, cuando aquellos que aparecían en el canal 2 o en el cine mexicano de hace cincuenta años, resultaban igual de pocos aportativos e inútiles, tal es el caso de este actor al que ahora hacemos referencia a su vida actoral, que con 65 años de carrera no ha servido para maldita la cosa, ni como actor de trascendencia y ni como activista sindical, de una ANDA y de una casa del actor que ya hubieran querido poder dar la asistencia social para sus talentosos ancianos que sí les brindó de manera indirecta, el anterior y presente gobierno federal, como es el caso de la asistencia universal a adultos mayores que elevó a constitucional el Presidente Andrés Manuel López Obrador y que continúa por mandato de ley, la actual Presidente Claudia Sheinbaum Pardo. misma quien mientras se encontraba en sus estudios universitarios que supongo no le impedían realizar actividades del hogar, es que la llevaron a involucrarse en un premio Nobel, mientras que por su lado, Rafael Inclán se revolcaba a carcajas entre una cama destendida para el subcine que daba más satisfacción al realizador que al cinéfilo, que lo podía ver en pantalla grande y en cines desaseados.