LENTE OCULTO |
El hecho de que el noticiario de mayores horas de duración en la radio y en la televisión abierta sea conducido por una mujer, en el caso de Carmen Aristegui en La Octava, y que el noticiario nocturno más importante de la televisión del país también lo conduzca una mujer, como es el caso de Denise Maerker en Televisa; son dos referentes importantes del cambio y de la intervención de la mujer en la vida informativa de los medios de comunicación, cuando la figura femenina era exclusiva para la conducción de programas de nota del corazón o de recetas de cocina, y que la aparición femenina en los noticieros,era únicamente como presentadoras, acompañadas de un hombre o como suplentes. El atractivo visual femenino ya no es un elemento indispensable aunque todavía relevante para que la mujer pueda dar noticias o relatar el acontecer deportivo, aunque la abollada credibilidad del periodismo mexicano ante la acción corruptiva de anteriores regímenes presidencialistas y del dominio político y económico empresarial, no es una situación relativa a hombres o a mujeres, aunque mucho tiempo se mantuvo la idea de que las mujeres eran menos corruptas que los hombres. La falta de oportunidad y bloqueo a la actividad profesional y crecimiento de la mujer, incluyendo al ámbito de la comunicación, es una causa de celebración que ahora informadoras como Denise Maerker y Carmen Aristegui con sus diferentes estilos, posiciones e ideologías sean las principales voces informativas de nuestro país en un panorama en donde por mayores espacios de selección y por experiencia colectiva, los líderes de opinión han desaparecido. En 1975, fue constituido cada 8 de marzo como El Día Internacional de la Mujer y reconocido plenamente por los Estados Unidos hasta apenas 1994, al no dejarse en claro, si la conmemoración se basa históricamente en un movimiento laboral o feminista, y que en la actualidad debe replantearse, si debe ser un día para recordar la diferencia de géneros o la igualdad y la no violencia, que debe ser generalizada.