Se hizo camino al andar y este 19 de mayo será su segunda noche consecutiva de canto en que Joan Manuel Serrat termina su vereda, al despedirse de México desde el Auditorio Nacional sembrado como gigante en Paseo de la Reforma, en lo que es su última gira por España y América, con el título: "El Vicio de cantar". Joan Manuel Serrat nunca fue una
voz plácida para las dictaduras y los imperialismos, su canto en catalán y hablar sobre las
ejecuciones en el régimen franquista fueron sus delitos. El 2 de julio de 1973,
tuvo que pagar 50 mil pesetas al gobierno español para que la Guardia Civil no
se lo llevara preso. Ya no tenía mucho que hacer en su tierra: había sido
acusado de “injurias al Estado”. Entonces emprendió la ruta de escape segura:
México, en donde encontró amigos, arte y los ojos de la periodista Paty Suarez
como su amor platónico. La generación a la que pertenece Joan Manuel Serrat es
la que en los sesenta se opuso, desde diferentes ramas del arte, al
autoritarismo con el abrir de conciencias, sin vetar foros, sino cambiando
cuerdas de guitarra. Su obra tiene influencias de otros poetas, como Mario
Benedetti, Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Federico García
Lorca, Pablo Neruda, Joan Salvat-Papasseit y León Felipe entre otros; así como
de diversos géneros, como el folklore catalán, la copla española, el tango, el
bolero, el barroco y del cancionero popular de Latinoamérica. Serrat realizó
estudios de perito industrial a la vez que tocaba la guitarra como aficionado.
En 1965 se graduó en el área de la agronomía como perito agrícola y, en la
misma época, se presentó en el programa Radioscope de Salvador Escamilla en
Radio Barcelona, en el que interpretó sus primeras canciones. Salvador
Escamilla fue quien le ofreció la primera oportunidad de presentarse en
público; poco tiempo después, le llamaron para ofrecerle un contrato y grabar
su primer disco. Su primer concierto lo realizó en el teatro L'Avenç de
Esplugas de Llobregat, en España. En 1965 se editó su primera grabación, el LP
denominado Una guitarra, con cuatro canciones: «Una guitarra», «Ella em deixa»,
«La mort de l'avi» y «El mocador». En 1966 apareció su segundo LP Ara que tinc
vint anys con las canciones: «Ara que tinc vint anys», «Quan arriba el fred»,
«El drapaire» y «Sota un cirerer florit». En 1969 participó en el IV Festival
Internacional da Canção Popular de Río de Janeiro, con la canción «Penélope»,
que compuso en colaboración con Augusto Algueró. La canción ganó los premios a la mejor letra, música e interpretación, dando impulso a su primera gira por
Hispanoamérica, algo que se transformó en costumbre de ahí en adelante. El
éxito de Serrat fue inmediato sobre todo en Argentina, Uruguay y Chile, país en
el que debutó actuando en el Teatro Municipal de Santiago, en un concierto que
se transmitió en vivo por la Televisión Nacional de Chile. En 1971 editó
definitivamente Mediterráneo, uno de sus álbumes más importantes. A este disco
pertenece la canción «Aquellas pequeñas cosas», que contiene una de sus letras
más personales y evocativas. Logra estar, casi un año, en forma continua, en la
lista de los 10 discos más vendidos de España, y varias semanas como el número
1 absoluto, a pesar de la estricta censura en su contra. También, participa por
segunda vez en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar,
actuando gratis en apoyo al gobierno de Salvador Allende. En 1975, acusados del
asesinato de varios policías, se condenó a muerte, en consejo de guerra, a once
militantes del FRAP y ETA, a seis de los cuales más tarde se les conmutó la
pena por prisión. Cuando se llevó a cabo la ejecución de los cinco restantes,
Serrat estaba en México y en rueda de prensa condenó al régimen franquista y
las medidas represivas. Además, se solidarizó con la postura del presidente de
México, Luis Echeverría Álvarez, que había mantenido la postura mexicana de
reconocer solo al gobierno de la Segunda República Española, en el exilio. A
raíz de estas declaraciones tuvo que exiliarse durante un año en México, debido
a la orden de búsqueda y captura que se emitió contra él. Serratcomponía en un mundo que comenzaba a estar
colapsado, el propio Presidentede
México que condenaba la dictadura franquista había mandado consolidar una
matanza estudiantil en la Ciudad de México, dos años antes de la llegada de
Serrat y cuando sonaba su gran éxito “Mediterráneo”. En 1985con su tema “El Sur También existe”, comprende al musicalizar el poeta de Mario Benedeti, los tintes del imperialismo estadounidense y la importancia de que la nación
poderosa haga cambios a su sistema político, en donde adopte la palabra
inclusión de las Américas. Su último y trigésimo álbum en estudio de manera
individual, Serrat lo presentó en el 2010 con el nombre de “Hijo de la luz y de la sombra”, basado en
poemas de Miguel Hernández en el año de su centenario, y ocupando el octavo
lugar de ventas en Argentina. En México logró una locura colectiva con la
grabación de discos y su gira de conciertos con Joaquín Sabina desde el 2012. Serrat
logró que sus ideas se respetaran y es de los pocos compositores de denuncia que
fueron grabados por las grandes casas disqueras, ya que la agresividad de la
verdad la presentó siempre, con un fino toque de arte. Los poderosos del mundo sabían que donde estaba Serrat estaba la verdad de la palabra.
El hombre de izquierda más
querido por la derecha, quien con conceptos y tonadas hizo reflexionar al
mundo, quien la filosofía la estampó en
un pentagrama como acompañante de la historia con el único imperativo tajante
que era el respeto, la libertad y la paz, situación que solamente puede lograr
la comprensión religiosa y gubernamental, la no invasión imperialista, la equidad
y el no abuso económico, y la impartición de justicia. Es Joan Manuel Serrat el
padre del canto pensante, razonado, reflexionado y filosófico, que fue
aceptado, que tuvo que ser aceptado, y que resultó reconocido por demócratas y
tiranos, por liberales y conservadores. Un español migrante en México, que en
vez de abandonar su patria adoptó muchas otras, que mantuvo la credibilidad de
no acercarse tanto a Cuba y de no acercarse tanto a los Estados Unidos, que con
su guitarra confrontaba al mundo con la
libertad de pensamiento y con el sistema del sentido común y no con determinado
sistema político. Reconocedor de los
errores de los gobiernos, de los pueblos y de los individuos. Una voz que
comenzó a gritar con murmullos en 1965 y que sin caer en las tentaciones
conductistas televisivas o faranduleras, lo mismo fue capaz de extender sus
manos para recibir reconocimientos de importancia cultural que lo más frívolo que
puede ser un Grammy, quizá porque escapar de una guerra para refugiarse en un
país multicultural, le enseñó que los reconocimientos los brindan las masas y
no las manos que dicen ser sus apoderados. Para siempre Serrat como para
siempre la historia. “México tiene problemas internos y sumamente graves que
habrá que resolverse con actitudes” nos dijo el poeta ante somoselespectador quien agregó: “veo a México con mucho amor y
con mucho respeto”. Se despide Serrat ante un mundo cuya mejor medida sanitaria
es la obra que nos ha dado para siempre. El amante del diálogo sin limitaciones y un cantante de 77 años de edad. ha
confesado: "Como los humanos no tenemos certeza de nuestra fecha de
caducidad, prefiero decidir yo mismo cuál esa fecha ”.
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