Hay quienes se dicen estrellas internacionales por el simple hecho de vivir en España o porque su mamá les compró y avaló una estrella en Hollywood aunque fuera como locutora y no como cantante o actriz, pero en el caso de Sasha Sokol y Thalía Sodi, sus talentos y presencias las ha colocado en un nivel mayor a la de sus excompañeros de Timbiriche, incluyendo a Paulina Rubio o de presencias como la de Angelica Vale, por lo que sería un error para ellas, integrarse a la obra Vaselina en donde al estilo El Chavo del Ocho en donde adultos hacían papeles de niños, ahora cincuentones harán papeles de adolescentes como lo demanda la obra clásica para las escuelas secundarias o aprendices teatrales. Pero así pudiera tratarse de Otelo de William Shakespeare. El avance como solistas y como grandes figuras internacionales, tanto de Thalía que dejó a Timbiriche en 1989 y Sasha que abandonó dicha agrupación hace treinta y siete años, no debería retroceder en la realización de un argumento que resultó una novedad en 1971 en Chicago y que en México no ha pasado de ser una obra multipromocionada pero sin calidad escénica, en todas las puestas que en México se han montado, principalmente bajo la producción de Julissa, que en 1984 la realizó con el grupo Timbiriche. Aunque es importante señalar que Sasha se juntó con sus excompañeros en el 2007 para la celebración de los 35 años de Timbiriche y luego tuvo presentaciones musicales con Erick y Benny, tales situaciones no es lo mismo que tirar a la borda ocho grandes materiales discográficos, que la han convertido en una diva del pop, al trazar su carrera como solista y ser sustituida por Thalia en Timbiriche, para que en 1990 también saliera Thalía del grupo,para acumular 16 materiales auditivos como solista, éxitos de Thalia y de Sasha que están por mucho lejos, de cualquiera de quienes integrarán el elenco de Vaselina, al grado que tienen que recurrir a una obra carcacha.