Tan sólo en el intento de apertura teatral de Alejandro Gou, fue que sus invitados de la Alfombra Roja,presentaron un caso de coronavirus en los que estaban desfilando y otro caso en uno de sus actores de su reparto; además de que no se había reflejado en taquilla una asistencia insistente por más que se diga que el intento de apertura parecía ir de maravilla, y la situación es más que lógica, no sólo por el miedo de los espectadores a estar en un lugar público que puede ser punto de contagio, sino también por su economía inestable como consecuencia del paro de actividades por la propia pandemia. Organizaciones "patito" y asociaciones oportunistas que están desesperadas porque ya no entran a sus arcas desvíos monetarios del erario público como ocurría en los gobiernos pripanistas, muestran su desesperación por lo que culpan al actual gobierno, del cierre de actividades cuando al principio de la pandemia criticaban que era el gobierno quien no ordenaba la clausura. También a los lavadores de dinero, les urge pretextar ingresos en las taquillas teatrales o de eventos deportivos; sin embargo los productores conscientes e incluso los que se han dejado llevar por el arrebato de la desesperación legitima de querer reanudar la actividad que llena su sobrevivencia; deberán entender de una vez por todas, que en el momento de esta redacción, se reconoce un repunte importante por COVID19 y que no es el momento oportuno para que la función pueda continuar, como tampoco lo era cerrar, cuando en México solamente se había presentado un solo caso de coronavirus y que los teatreros así lo determinaron por decisión propia, con lo que de puede concluir, que el sentido común y la congruencia, no parecen ser una característica importante ante estos tiempos difíciles.