Addis Tuñón de no dedicarse a la información del corazón, sería una mejor reportera de lo que ya es, tal y como lo demostró con la investigación periodística que realizó en el caso Maribel Guardia, en donde la actriz costarricense, mediante la corrupción de funcionarios públicos que no han sido investigados a fondo, fraude a la ley y otras irregulares procedimentales, le llegó a arrebatar a su hijo a la actriz Imelda Tuñón, para lo cual la intervención oportuna de abogados y la exposición mediática de Addis, hizo que Maribel no se haya quedado con la custodia de su nieto e hijo de Imelda, por medio de una denuncia amañada e interpuesta en la Fiscalía de la CDMX. Y es que Addis documentó cada mentira de Maribel Guardia, mediante las pruebas periciales y resoluciones judiciales y ministeriales que se desarrollaron al respecto con lo que por contradiligencias s ele restituyó a Imelda de su menor hijo. La intervención de Addis podría tratarse de un conflicto de interés al ser Imelda su sobrina, sin embargo el caso para nuestro punto de vista tiene como particularidad un excluyente de responsabilidad ética. Primero que se trataba de un asunto de interés público, situación por la cual, incluso este espacio informativo que no trata asuntos de chismes, nota rosa o comentarios del corazón, también lo ha abordado. Y segundo porque no exponer una conducta ilegal y falsa que atenta en contra de la vida y desarrollo de un menor, resulta una comisión por omisión de bajeza ética tanto periodística como personal que aquella de no intervenir por tratarse esta situación de un asunto con lazos de consanguinidad. La intervención periodística de Addis Tuñón también es otro precedente de nuestros nuevos tiempos en donde los líderes de opinión y figuras famosas ya no pueden ser los intocables abusivos con el apoyo monopólico abusivo y aplastante sobre sus victimas .
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