Aunque la música tropical está por encima de cualquier perjuicio y estereotipo, existió una época clasista que calificaba a sus oyentes como un público de un menor nivel educativo de aquel que escuchaba la balada romántica y ni que se diga, de aquel amante de la música clásica. Los gruperos de los años ochentas, el fenómeno llamado Rigo Tovar y el éxito del cantautor tabasqueño Chico Che, rompieron esas barreras que solamente había logrado saltar, La Sonora Santanera. Después diferentes salseros como Diego Morán hicieron de ese ritmo una fuente de festivales musicales en el continente, y actualmente, aunque el colombiano refleja entre veinticinco y treinta millones de vistas por cada vídeo suyo en los medios de comunicación digital, resulta que en la radio mexicana son pocas las estaciones exclusivas de salsa, que pudieran programarlo constantemente, tan pocas radiodifusoras para la salsa como para la música mexicana con Mariachi, que llegó a ser barrida cuando la salsa era un ritmo indispensable en el AM y el FM. La salsa y otros géneros tropicales no perdían presencia en radio hace treinta años, en donde el cuadrante hizo época con frecuencias como La TropiQ cuyas transmisiones terminaron en 1993, para convertirse en La K Buena, y aunque la música de mariachi no ha recuperado su territorio nacional, al menos la música de banda ahora somete a los ritmos tropicales como una vez éstos, sometieron a la música regional mexicana fuera de la radio. Para el colombiano Diego Morán, no debe importar el tiempo que se tome para que el público se conecte con la salsa por medio de la versatilidad, sin embargo la banda no ha dado lugar para compartir su trono en la radio, siendo el único género que ha logrado colocar temas inéditos en dicho medio de comunicación masiva pero que ya no es promotora musical, ni es materia difusora para una industria del disco, casi extinguida en la venta del producto físico.