A diferencia de los artistas que defendían con su expresión de protesta, las dictaduras europeas y sudamericanas, ¿En dónde estaban los exitosos artistas mexicanos en la dictadura presidencialista y en los fraudes priístas?. Aquellas cantantes y actrices de moda que hasta aceptaban ser llamadas novias del país, ni siquiera le dieron un pañuelo para limpiarle la sangre a su supuesto amado, ni levantaron la voz como ahora lo hacen en aglomeraciones que se contraponen a la determinación de las mayorías en las urnas con más de 35 millones de votos que dicen lo contrario, y se quejan valientemente hasta del contenido de un programa de televisión cuando la misma televisión realizaba en los Juegos olímpicos de México en el 68, unas transmisiones vibrantes en la disputa de medallas olímpicas para México pero ocultaban la matanza estudiantil que se había ejecutado quince días antes, en contra de una protesta juvenil pacífica. En aquel Octubre de 1968, se transmitía como si nada, la telenovela Águeda bajo la producción de Ernesto Alonso para Televicentro con Angélica María quien derramaba más lágrimas en los foros de televisión que en las calles de Tlatelolco, aunque la estadounidense dice llevar a México en sus entrañas. Mientras el priísta y entonces presidente de México, Díaz Ordaz en la mitad de su sexenio se apoyaba en la televisión pública y privada para detener la inconformidad social con pan y circo y ocultamiento informativo -que los que estaban cerca de las producciones televisivas, sí sabían-, "La Novia de México" triunfaba en la radio con el tema "cuando me enamoró" en ese 1968 en donde también firmaba un contrato jugoso con la disquera trasnacional RCA Victor, y ya formaba parte de un círculo social cerrado que también se apoderaba de las oportunidades artísticas y televisivas y que son los mismos que ahora se preguntan al mismo tiempo que odian al comunismo, qué bueno habrán hecho para merecer tantos privilegios en México siendo extranjeros nacionalizados, como ahora se lo pregunta el español Joaquín López Dóriga al compartir mesa con Paty Chapoy y Emmanuel en un supuesto homenaje a Marco Antonio Muñiz en una comida de cuatro personas que aunque les duela, tanto ellos como lo que representan, ya han perdido poder en el México de cambios políticos y de abolición de falsos líderes de opinión. Angelica María, supuestamente ejemplo de la juventud mexicana en los años sesentas, en realidad siempre ha carecido de lo que debe nutrir a un artista, que no es solamente talento, sino también sensibilidad social.
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