Sugey Ábrego se convierte en psicóloga, socióloga, terapeuta de parejas y en sexóloga, en su actuación picara en la obra teatral "Tengamos el sexo en Paz", al matizar su personaje para la reflexión, la ilustración y el fino buen humor. El Teatro 11 de Julio de la CDMX, se convierte en un sinodal de cien cabezas, que califica con excelencia a la actriz veracruzana quien demuestra porque está en su punto como majestuosa mujer y como actriz, en donde logra superar la prueba máxima, que es lograr hacer reír y hacer reflexionar al mismo tiempo, sobre el punto relativo a la educación y la información sexual que parece estar envuelta para regalo con el papel de los tabúes. A lo largo de la expresión escénica, es que la escultural artista, logra demostrar que en el desempeño actoral al igual que en el sexo, la belleza no basta, por lo que Ábrego es capaz de brindar lindura junto con talento y simpatía para hacer cópula con el arte. Es la preparación, la tenacidad y el amor al escenario, lo que ha dado como resultado que Sugey, hoy por hoy, sea de las grandes actrices y de las más seguidas, en la lista de ejecutantes actorales que tiene nuestro país y quien logra atender a la petición de "brindo un aplauso para el amor que a mí ha llegado"
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