Existen libros de historia que señalan que los payasos
tienen su origen en Egipto, en el año 2500 a.C. y que el personaje más
destacado fue el enano Dadkeri-Assi, que
también hacia las veces de ‘bufón de la corte’. Hace 200 años nació quien está considerado como el primer payaso mexicano,
José Soledad Aycardo "Don Chole", responsable de traer la magia y la
maravilla del circo a México, pues fue promotor incansable de aquel novedoso
espectáculo, el Circo Olímpico, donde el humor y la maroma deleitaban a chicos
y grandes. El payaso más famoso del
mundo para muchos es Charlie Rivel y el
más importante de habla hispana sin duda es Ricardo González Cepillín, quien
superó de inmediato a los payasos españoles Gaby, Fofo y Miliki, quienes también se decían ser “los
payasos de la tele” y que en ese momento ya habían conquistado Europa y México. En nuestro país
han existido los payasos musicales como Qué payasos, NIfunifa, y Lagrimita y
Costel, las primeras payasitas talentosas como lo son Plumita, Trenzita, Sofía, Kisme Boom y Gomita; los que siempre
recordaremos con cariño como Bozo, Chuponcito en sus inicios, El Duende Bubulin
acompañado de Hilda Aguirre en canal 13 o el publicista Cara Limpia que formó parte del programa pionero y de
mayor duración en la televisión mexicana al lado de Madaleno; los vulgares como
Platanito y otros que quisiéramos olvidar pero son al fin y al cabo parte de la
historia como el muy despreciado Brozo y su patiño sin pintura, Carlos Loret de Mola. Sin embargo ser trascendente implica algo más que estar
en la historia, se necesita de talento, rectitud, profesionalismo,
ética y otras cualidades y virtudes como
las que marcan los payasitos de nueva generación, entre los que se encuentran Lapicito y lapizín
y Atóm con Oliver McGee con enorme futuro.
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