Muy enojados se encuentran los comunicadores de medios
tradicionales cuya mala calidad de contenidos y su pésima preparación no
estaban en discusión ante la protección monopólica que los hacía inmune a la
competencia a cambio de cumplir los objetivos de funcionamiento mediático en
favor del gobierno en turno. El conductor del programa dominical más importante
en América latina que duró 29 años, era un sujeto sumamente ignorante,
por ejemplo; y sin embargo contaba con una popularidad mayor a la de cualquier
Jefe de Estado de Centroamérica. El odio apuntado a la influencer YosStop en
México cada vez se asimila al desatado por la modelo Aída Cortés en Colombia,
en donde cada vez más, se convierte en líder de opinión como generadora de
contenido, con todo y que está enfocada
al área de entretenimiento más que al
contenido puramente informativo de lo que ocurre en su país o en el ámbito
social. Desde la expresión de tentaciones en donde el ganador es quien más
riqueza material obtiene hasta contenido
erótico exclusivo, han sido los caminos que la niña de Bucaramanga ha utilizado para desbancar a los conductores
que gozaban de mayor presencia que ella en los medios tradicionales de su país
y que además ahora se ha internacionalizado, de una manera exitosa para la
popularidad y economía de la influencer pero de manera conflictiva en otros
aspectos al haber trastocado intereses de audiencia para las mafias de control masivo de la radio y la
televisión, que al estar inutilizados en su zona de confort, no pueden competir
con Aída porque los tiempos de monopolización no les enseñó a hacerlo, convirtiéndolos en los actuales decadencers