Con el esfuerzo que parece ponerla a prueba como el primer día, pero sin perder la capacidad de asombro que se pueda extraviar ante tanto esfuerzos concretados; Daisy Salazar crea constantemente, la fórmula de un teatro nuevo, dinámico, innovador y propositivo, que se mantiene al ritmo de un país, que vive con su deseo de crecer y que se mantiene creciendo y necesitando para ello, su alimento que es el arte.