Es el periodismo de espectáculos, la fuente de la información que más hundida está en el excremento y destruida por charlistas de cantina cuya única cualidad es portar en la mano un micrófono conectado a un celular para cazar chismes. Los parásitos y mercenarios de la vida privada de los famosos que violan la ley mexicana, que orinan con sus intimidaciones el artículo 16 constitucional y cualquier precepto legal y ético, carecen de nivel intelectual para realizar una entrevista y comportarse con decencia. De manera pandilleril atacan en aeropuertos, lugares públicos y privados a quienes no son respetados ante la negativa expresa de un "no". Son estos barbajanes los que piensan que ser reportero o periodista es cumplir con un curso pagado para que sea elevado a licenciatura, los que compran gafetes para pertenecer a una asociación de otros ineptos y quienes en el mejor de los casos, son contratados por empresas de comunicación con objetivos direccionistas y con acciones que utilizan de pretexto a la comunicación para la desorientación conductual. Todo lo anterior, lo sufrió la actriz Michelle Renaud quien al llegar al aeropuerto de la CDMX, fue abordada por micrófoneros en una intimidación que quedo ilustrada , incluso por los propios burdos perseguidores, en una acción que deploramos y por lo que nos solidarizamos con las protestas de Renaud. Es importante dejar en claro que cualquier persona que promueve su carrera, un evento, o sus proyectos de trabajo, también debe entender que la vida de la comunicación es otra a aquella monopolizada de donde se heredó cumplir caprichos y soportar groserías de quien por mucho tiempo se autonombraban "el cuarto poder" y que quieren seguir con costumbres del pasado que en la nueva era tecnológica son grotescas. .