LENTE OCULTO.- El
silencio que se cubre con el aplauso, es complicidad y la complicidad es una
acción por omisión que también abarca responsabilidad y culpabilidad. El
locutor nació como una voz fina y educada con modales de crianza que cumpliera
con el objetivo por el cual fue instituida la radio en México, hace más de un
siglo, como parte de una estrategia de ventas masiva, lo que hoy en día es el
imperio empresarial monopolizado. Poco a poco la creatividad y talento de
algunos locutores, rompieron la escuela establecida, se convirtieron en poetas,
en voces reflexivas, en entretenedores y animadores hasta perfeccionar el
oficio de la transmisión humana más que la netamente comercial, para
desarrollarse como comunicadores más que como parlanchines mercaderes o
presentadores de contenido. La palabra comunicador, hasta lingüísticamente
superó la definición de locutor e incluso la definición de periodista. La propuesta de asignar un día
para El Locutor, surgió de Cuba al celebrarse el primer Congreso de Locución,
en donde se sentó en la mesa a comunicadores de diferentes países para
concientizar su labor que estaba pérdida en sus gritos festivos al hablar
frente a un micrófono comercial. Fue hasta cinco años después de aquel ilustre
congreso que en 1957 se estableció formalmente en México, El Día del
Locutor, cuando desde mucho antes, ya se
había establecido en Chile y Argentina. Francisco Neri Cano encabezó la primera
celebración de la locución en el país,
sin ningún objetivo sustancial que no fuera el festín en donde se coronó
como reina a la actriz Elsa Aguirre,
y en donde el líder organizador,
estableció su asociación formada por el
gremio de quienes hablaban frente al
micrófono, para lo cual asignó El Día del locutor, el mismo mes que se constituyó la poderosa y
absorbente XEW y bajo la presidencia de la República de Adolfo Ruiz Cortines,
exsecretario de Gobernación de Miguel Alemán y continuador de su política
basada principalmente en el alineamiento internacional, el comercio exterior y el
inicio de la sistematización mediática, cuyo gran boom se basó en la
procuración del voto femenino. Aunque
como dice el cantor español Julio Iglesias, La vida sigue igual, lo cierto es
que antes el llamado locutor, estaba
mejor preparado y lejos de las ataduras del plan educativo de licenciatura en
Periodismo, que solamente fue creado para limitar el campo de exposición de los informadores, y su creatividad enriquecía a la radio ya la televisión
mexicana, y someterlo a una cabina de transmisiones para anunciar temas
musicales previa payola al programador y director artístico de la
radiodifusora. Personajes como Fernando
Marcos, Pedro Septién, Carlos Albert, Adolfo Fernández Zepeda, Jaime Ortiz
Pino, Janet Arceo, Guillermo Mejía
Llosas, Paco Malgesto, Jorge Saldaña, Jaime Kurt y la transformación comunicativa que dio lugar
a personajes como Tomás Mojarro, Verónica Ortiz, Marina Zamora Rayas entre
otros, cuya profesión no estaba basada en la locución en la mayoría de ellos, y
que tenían una capacidad comunicativa muy lejana a la baja calidad que
tenemos hoy en día, en donde se llama teacher,
a quien resulte más corrupto. Los pastelazos que se realizan con motivo
de El Día del Locutor, deben cambiarse y
convertirse en el llamamiento a
congresos abiertos y democráticos, para el análisis profundo sobre la
corrupción y sometimiento empresarial al locutor, la necesidad de la autonomía
del comunicador y la necesidad de la
democratización de los medios y sus acomedidas asociaciones, y el avance que
debe darse en los mismos, cuya evolución ha sido tecnológica pero no
intelectual, y cuyo sustento de cambio no se ha dado en los medios
convencionales, sino por el contrario, éstos
han adoctrinado la resistencia y la invasión perversa y nefasta de los
locutores convencionales hacia el campo de acción de los comunicadores
alternativos.