Lilia Abad ha conquistado
a unos por sus ideas y a otros por su belleza, pero sus tendencias políticas la
llevan a admirar a los Estados Unidos, para muchos es un ejemplo de la
funcionalidad práctica de la teoría neoliberal, pero para otros es un claro ejemplo
de la conquista intelectual estadounidense que comienza desde llamarle
americana, y que describió Robert Lansing quien fue un abogado estadounidense y político
conservador demócrata, que se desempeñó como asesor legal del Departamento de
Estado en el estallido de la Primera Guerra Mundial, y quien en un texto de
1924, apuntaba: “Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia
mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra.
La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos
ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de
educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del
liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y
con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente
se adueñarán de la misma Presidencia. Y sin necesidad de que Estados Unidos
gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y
más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”. Abad se
ha declarado en cumplir rigurosamente y al pie de la letra la intención del
tratado de libre comercio celebrado entre México, Canadá y los Estados Unidos,
en que los países vecinos pretenden comprometer el manejo de los recursos
nacionales del territorio azteca, y no
perderse en romanticismos nacionalistas.