A nuestros espacios informativos, no los pueden señalar de que callamos como momias de los abusos de poder y del mal gobierno de Enrique Peña Nieto y sus antecesores, al grado que muchos pensaban que el reclamo al mandatario en turno era nuestro estilo o que lo hacíamos para ganar audiencia, pero se llevaron una gran sorpresa que no ocurrió lo mismo en este sexenio, cuando para nuestro punto de vista, y hasta el momento, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho un buen gobierno. Ni aplaudidores ni metódicamente atacadores, ni rebeldes sin causa ni resentidos de haber perdido beneficios extra periodísticos que ni nos han interesado ni hemos tenido. Sin embargo, no podíamos evitar en el sexenio peñista, el enojo que causaba las buenas críticas para Angélica Sofía Sainz Rivera, que contrastaban con las que le hacíamos a su padrastro como presidente. En su debut en teatro, Sofía Castro se adjudicó El Premio Arlequín entre otros reconocimientos brindados por la crítica teatral, situación que estamos convencidos se los otorgaron por su buen desenvolvimiento en el escenario y no por ser hija de Angélica Rivera cuando ésta, era la primera dama del país. Sofy que estaba rodeada de charcos de corrupción a su andar, ahora vive otra etapa en donde tiene que refrendar su talento. Ahora ya no aparece en el balcón presidencial y el grito de independencia, si quiere verlo, tiene que ser por medio de la televisión, pero lo que seguirá realizando, son sus apariciones en el escenario y en los foros de televisión, como lo ha hecho desde los 10 años, cuando participó en la telenovela "Teresa", o como lo hace en este sexenio en su participación en la película "Monster Party" o en la serie biográfica de Luis Miguel, ya que su carisma, belleza y talento, es algo que no obtuvo por medio de la banda presidencial.