La brisa de Playa del Carmen se llevó a la hermosa Alma Muriel, un cinco de enero del 2004, y con ello, a la actriz de la sensualidad de la primera era moderna del cine mexicano, en donde sin importar la desnudidad del arte, Alma hizo entrega de su belleza como instrumento actoral de su presencia contundente en un escenario. como no recordar a la hermosura y al talento, siempre.
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