Quién podría ver con desagrado que en la próxima campaña del fútbol femenil, el américa conserve a su planilla de estrellas y solamente se cambie al técnico americansta por el regreso de Leonardo Cuellar quien ya le dio una corona a las águilas. Qué haría el melenudo con figuras como la brasileña Priscila, la crack Scarlett Camberos que no supo aprovechar el técnico Villacampa, con la portera mexicana de la linda sonrisa, Itzel Velasco o con Jana a quien conoce desde niña, así como Irene Guerrero, Miah Zuazua, Jocelyn Orejel, Karen Luna, Angelique Saldivar, Aylín Avilez, Luebbert y el resto del plantel que llegó a convertirse en una aplanadora. Lo que sí sele debe reconocer a Ángel Villacampa es el equilibrio que logró entre un América goleador y a la vez un América sólido en la defensa, pero a la hora de la verdad, desaprovechó movimientos en el campo de jugadoras, que pudieron llegar ala final sobre un gran equipo como son las tigres. Fueron 55 goles a favor y solamente 12 en contra para lograr once juegos ganados, dos empatados pero cuatro perdidos, y la anotación de hasta 43 goles en 10 partidos, lo que puede avalar la permanencia de un pelón en vez de la llegada de un greñudo, pero lo cierto es que las malas decisiones de un técnico entre quien se queda en el tapete verde o se va a la banca es lo que desgasta de manera pronta a un equipo para seguir logrando objetivos y Cellar tiene esa capacidad de unión grupal que podría funcionar para aceptar un riesgo al cambiar encargado en el timón. La incógnita podría resolverse con un voto secreto entre las jugadoras más que un calculo de los directivos.