El total control de una sola empresa en los programas de entretenimiento por televisión logró proteger a su elenco de cualquier nota relacionada con un escándalo de su vida personal, ya que Televisa era un pulpo que además de tener brazos en la pantalla casera, también lo tenía en la radio al contar con sus propias estaciones, así como con sus propias editoriales y hasta productoras de cine y casas disqueras, por lo que no necesitaba difusión de su programación de otros medios impresos al ser autosuficiente en la promoción masiva y al ser sus artistas parte de círculos cerrados de conocidos y familiares que a nadie dejaban entrar y además de serviles hasta la pérdida de la dignidad con la empresa, lo que mantenía la muralla perfecta que tampoco permitía que el rumor se hiciera escándalo. Las primeras notas de espectáculos que pasaron al ámbito de la nota del corazón y no de la promoción del producto artístico, fue la relación amorosa entre la cantante Lupita D' alessio y el entrenador de fútbol Carlos Reynoso que dio fin a su relación con el cantante Jorge Vargas, así como el nacimiento del hijo de la actriz Verónica Castro en donde el rostro del Heraldo, asumió ser madre soltera y guardar el secreto de quien era el padre de su rubio infante. Pero finalmente, el escándalo solamente surgía por un acontecimiento irremediable de ocultar, como aquel en que a la actriz Lucía Méndez se le involucró con una banda de brujos y descuartizadores que se les llamó "los narco-satánicos", pero poco se sabía de la preferencia sexual de la cantante de moda de cabellera larga, del productor canoso que condicionaba a sus actores a tener relaciones sexuales con él, y otros abusos de poder de los informadores que se mantenían con respetabilidad y se les nombraba como grandes conductores dominicales o líderes de opinión. Mientras que esto ocurría en México, en países como España y Estados Unidos las crónicas de sociedad iban aumentando de tono y la drogadicción junto con el libertinaje sexual se convertía en un sello entre famosos quienes le reclamaban a quien difundía la indiscreción y en vez de recibir disculpas , el ataque se convertía más directo, y bajo el respaldo de cadenas televisivas como antena 3, telecinco y algunos diarios de Miami que ya no les importaba perder la fineza. El mal de la nota rosa también contagiaba a nuestro país en cuanto Televisa perdió el control que hemos citado, al nacer en 1993 la televisora TV AZTECA y con ello el ataque a los artistas que no daban entrevistas a esta empresa por tener una exclusividad con Televisa. El corretear y forzar a quien no quería ser entrevistado, parecía darle frutos al programa "Ventaneando" de TV AZTECA, por lo que agredir a quien no quería ser entrevistado y luego espiarlo, rápidamente encontró réplica un año después al nacer la revista TVNotitas, cuyo nombre es cambiado después de 6
meses de su lanzamiento a TVNOTAS, , quien contrariamente a la revista TVyNovelas de Televisa que protegía a su elenco, la revista de editorial Notmusa pretendía
todo lo contrario y acumular ventas millonarias, bajo el pretexto de que el
público demandaba la nota de chismes y
había que darle lo que pidiera. Televisa bajó la guardia y trató de meterse a la alberca de la deshonra
periodística con programas de chismes que compitieron con TV AZTECA hasta en
duelos por ser los primeros en obtener la verdad de los entrevistados y que en
la actualidad ha desistido de esa
confrontación de bajo nivel. Después la llegada de los talk show y
reality terminaron por no conservar la integridad de las personas públicas, del
buen estilo periodístico y de su lenguaje. La poca o nula exigencia al periodista para este tipo de actividad, provocó el aumento de micrófoneros
quienes se apoyaron en los acelerados
avances tecnológicos para crear sus propias fuentes sin preparación alguna y la
masa de lo que ha querido ser llamado como un subgénero del periodismo de
espectáculos, resultó viable para el direccionismo de Estado, con lo cual la
promoción de un acto estúpido generaba
espectadores con ese mismo nivel intelectual que son incapaces de revelarse al
presidencialismo dictatorial y al saqueo empresarial que imperaba en México y por
el contrario llegar a defenderlo. Después se continuó con el periodismo de nota roja
a la par de la nota rosa y hoy en día la crisis de moralidad va más allá
de lo que mínimamente tendría que contar con una exigencia ética. “Ahora
cualquiera es periodista“ es la queja de los comunicadores de la vieja guardia,
quien hacen un reclamo pero hipócrita, pues los escribanos de antaño, estaban igual de
impreparados y resultaban igual de corruptos, solamente que había un orden trazado en limites que ahora hacen se sobrepase hasta la habitualidad descarada.
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