El Lunario del Auditorio Nacional de la CDMX se convirtió en el volcán tecomate de Culiacán, al vibrar con la música y la presencia de carolina Ross quien confirmó es una de por lo menos las cinco mejores voces con que cuenta nuestro país. Los espectadores que llenaron la sala de conciertos, pudieron disfrutar de tres decenas de temas como pocas veces tienen oportunidad de escucharlos, pues tenían enfrente a una gran artista, que se ha forjado en una nueva era en donde los medios tradicionales resultan ya no ser indispensables y que se han estancado en los ochentas sin darse cuenta de figuras de la dimensión de carolina Ross que son una sorprendente realidad de este siglo.
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