ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Irina Baeva resulta ser en "Aventurera" aquel perro flaco al que se le cargan todas las pulgas. No sé sí los columnistas aprendieron desde el pasado 2 de junio que no es negocio mentirle al público o simplemente por falta de chayote, no llenan de halagos el regreso de la puesta en escena "Aventurera", pero lo cierto es que el reestreno de esta obra teatral que se convirtió en una referente para el periodismo capitalino y una obra tradicional en la CDMX, ahora es una caricatura de aquel espectáculo que hizo latir al Teatro Blanquita que también cuenta con acta de defunción. La obra Aventurera que reapareció en El Salón Los Ángeles, presenta a la cara más bella de una Aventurera, que es Irina Baeva, que con su rostro supera a sus antecesoras y que seguramente llegará a brillar más en escena, pero la rusa se encuentra desarropada ante la peor producción, elaboración, elenco y libreto que haya tenido la obra, desde su debut en 1997, y aunque los dedos índices no se cansan en señalar a la protagonista de la historia y no a la falta de talento, instrucción y al despotismo del productor Juan Osorio, por apostar nuevamente al escándalo y al morbo para beneficiar la caja registradora de taquilla, en donde deberá asimilar que no es lo mismo la realización de sus pésimas propuestas televisivas en donde el ochenta porciento de los mexicanos no tiene internet y acceso a los medios alternativos y tienen que conformarse con el canal 2, que involucrarse en el teatro, con el respeto que esto representa, y llegar a un público que con diferentes opciones en cartelera, escogerá la mejor opción para depositar su dinero a diferencia de la telenovela gratuita. También se argumenta que la falta de éxito es por la ausencia de la fallecida Carmen Salinas que con su picardía, se convertía en las carcajadas principales de la obra, misma que inyectaba crítica política y denunciaba una corrupción de mayor escala de la cual ella también formó parte, por lo que independientemente de su hipocresía, también resultaba interesante y chistoso, como una priísta era capaz de relatar verdades sin morderse la lengua, sin embargo México vive otros tiempos a los que se tuvieron en los sexenios de Zedillo, Fox, Calderón y hasta de Peña, por lo que hasta la rutina de Doña Carmen ya no sería actual al nuevo ejercicio de gobierno, a la política y la vida pública que en estos años tiene el país. Los análisis serios siempre nos llevarán a un solo punto, que nos indica que Juan Osorio Ortiz es el principal responsable de esta reposición de Aventurera, en donde simplemente abusa de una marca que era digna de presentarse en los recintos teatrales más importantes en México y en el extranjero, pero que ahora es un gato por libre, no por estar basada en un elenco actoral y empresarial joven, sino por querer hacer un vulgar experimento como se hace en la producción de telenovelas y hacer un negocio familiar en donde se subestima al espectador, sin dar paso a la autocrítica, en donde hoy "Aventurera" con esta reaparición, es un vaciar vino nuevo en botella vieja y esa botella se llama Juan Osorio.
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