A la cantante Ana Gabriel, le está pasando lo mismo que a Francisco Céspedes y al TRI, que por atacar los cambios de dirección de la putrefacción de gobierno en un momento de comienzo de la recuperación social, es que sus cortos o interesados análisis, los han acabado en su taquilla ante el repudio del público, que los abuchea al momento de sus comentarios y después determinan ya no acudir a sus espectáculos al considerarlos decadentes para defender una posición artística que nazca con la pureza humana y no bajo la disposición del direccionismo. Y es que los famosos del canto que vivieron el Presidencialismo absoluto con el PRI y el empresarial con doce años del PAN, realmente ni notaron el abuso y la desigualdad, al ser protegidos y beneficiados por esa política de abusos y saqueo para la nación. Por lo que mientras en otras partes de América, los artistas protestaban a sus dictaduras y a la intervención imperialista, mediante el canto nuevo y el rock; en México eran formados y alineados bajo la estrategia de la aceptación al monopolio televisivo, a la habitualidad aspiracionista y distante de la reflexión inspiracionista, y con la portación de un disfraz de caramelo que les brindaba el amparo de la televisión cultural controlada, en donde todo se reducía al programa "Siempre en Domingo". En consecuencia, es que ahora en los nuevos tiempos en donde nace y gobierna el lópezobradorismo, es que cantantes como Ana Gabriel, no tienen ni la menor idea de la evolución de la vida nacional ni de los sentimientos de la mayoría del pueblo mexicano, que aunque mutilado por muchas décadas en un pensamiento progresista y en su educación pública, tampoco es una masa que resulte incapacitada para no apreciar la regeneración de la vida pública y la debilitación de un modelo neoliberal, con que se rige la industria de la música a la que pertenecen los artistas de consumo. Ana Gabriel hace unos meses, tuvo la ocurrencia de querer aterrorizar a su público en uno de sus conciertos, con la idea de que el gobierno lópezobradorista era opresor, sin imaginar que su comentario traería la descalificación de los espectadores con los cuales la cantante al final riñó y estuvo a punto de suspender su concierto. Ante esta reacción inesperada de los seguidores de la cantautora sinaloense, es que determinó ya no hablar de política en sus conciertos y para conciliarse con su público mexicano, hasta se ha tenido que hincar ante los asistentes en sus diferentes presentaciones, como señal de agradecimiento, ofrecimiento de perdón y reconocimiento de quien manda en el mercado, y no solamente éso, también la retrogradista hasta se ha tenido que revolucionar, al incluir en sus interpretaciones, algunos movimientos eróticos que consisten en tocarse los conductos musculares íntimos en forma de autocomplacencia. Ana Gabriel duró mucho tiempo siendo una cantante localista y sin proyección ni nacional ni internacional, solamente se presentaba en un lugar de la Zona Rosa de la CDMX, pero fue hasta muchos años después y gracias a Raúl Velasco con su "Siempre en Domingo", que logró la internacionalización, al otorgarle un primer lugar del Festival OTI nacional y del internacional, en el año de 1987.