El neoliberalismo no solamente es una doctrina política cuya acción de globalización es tan perversa que ha tratado de ni siquiera ser definida, para disfrazarse de simplemente libre mercado, sino que el neoliberalismo es también una filosofía cuya base es la limitación del Estado, la gobernabilidad para particulares y la eliminación de patrimonios culturales regionales para el imperialismo de un único pensamiento colectivo, situación que afecta a países con una cultura austera, pero mucho más a aquellos ricos en tradiciones como es el caso de México. Por ello, no es coincidencia la imposición mediática de nuevos ritmos, la intromisión de otros lenguajes en nuestro idioma, el bombardeo mediático contracultural y el abandonó a sitios que son fuente del patrimonio nacional y que también han sido declarados patrimonio de la humanidad por la doblemoralista ONU, como lo son zonas turísticas de nuestro país como "La Plaza de los Mariachis" en Guadalajara que hoy en día es un patio en el abandono, convertido en un albergue insalubre para la prostitución y posada para personas en situación de calle, o el caso de Plaza Garibaldi que vive parecidas condiciones a la de Guadalajara, que tiene un nombra apropiado para el alago al extranjerismo para el australiano Guiuseppe garibaldi y que está rodeada del derrumbe de la vida nocturna cdmxense, ante la limitación de horarios para la diversión nocturna, horfandad de un plan turístico y bajo la custodia de edificios fantasmas como "El Teatro Blanquita" cuyos únicos visitantes son la fauna nociva. La idea falsa de que la bohemia es para viejos y borrachos y de que el Mariachi únicamente sirve para un estado de ánimo en depresión y vicio, se derrumba ante el alto consumo de alcohol y cada vez a más corta edad, de los jóvenes que disfrutan del reggaeton y como lo hacían sus padres en las tocadas de rock, y respecto a que el mariachi está sometido a un estado de ánimo específico, es una observación inexacta, si partimos que toda música es dependiente a un estado de ánimo, incluyendo al rap, y que es la música mexicana de las pocas que abarcan todo tipo de disposición emocional, por lo que escuchamos mariachi en parrandas pero también en conquistas amorosas, en ceremonias religiosas y hasta en entierros. El hecho de que la televisión y parte de la radio se haya divorciado de la música tradicional mexicana no es un indicativo de un rechazo para la misma, ya que se escucha en demasía en los medios de comunicación no tradicionales, en las redes sociales, en las calles y en la memoria colectiva del mexicano que se orgullece entre violines y guitarras, aunque el direccionismo aveces consiga manipular hasta a los propios músicos que hablan de rescatar a nuestra música cuando a quienes hay que rescatar es a aquellos medios que no la difunden y que cada vez fracasan más, mientras que el mariachi sigue sonando y quiere bailar. Los conductores elena Bravo y José Angel Martínez transmitieron para "los Concurrentes" desde Plaza Garibaldi, en donde los visitantes llegan convencidos de digerir antojos mexicanos y escuchar música mexicana, ya que pese al poco profesionalismo de algunos músicos por no tener un repertorio amplio, los visitantes siguen pidiendo una extensa variedad de temas que ni los propios contratados se saben. Ante la ineptitud de las autoridades y el boicot para el estancamiento de nuestras zonas turísticas y tradicionales, el mexicano y el turista conocedor, siguen asistiendo a una Plaza llena de Mariachi, que en el caso d egaribaldi, ya debería adoptar el nombre de "Plaza Garibaldi- José Alfredo Jiménez", como lo demandan sus calles que resaltan con la estatua del guanajuatense, de Juan Gabriel y de otros grandes compositores y e intérpretes de nuestra música, y el esfuerzo de empresarios de lugares tradicionales para todo México, como lo es salón Tropicana, El tenampa y Guadalajara de Noche.
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