Por motivos extrafutbolísticos, la novia del balón, Scarlett Camberos tuvo que abandonar el fútbol mexicano y su templo que era el Estadio Azteca donde su ritual era el gol con la camiseta de las águilas del América. Hoy las bandas que taladraba la mexicoestadounidense volvieron a sentir el kilometraje de su genialidad en el regreso al Coloso de Santa Úrsula en donde la jugadora estrella fue exigida por los mediocres narradores del partido, que según su miopía, notaban a una Scarlett dormida, cuando en contraste, este espacio describía en sus redacciones en vivo, el regreso del talento al campo. Con jugadas espectaculares, la actual delantera del Angel City mostró su grandeza al anotar el gol de la victoria con que su selección mexicana venció 2-1 a puerto Rico en el primer juego de eliminatoria de la historia de Concacaf para la Copa de Oro femenil que ahora es la presea más importante de la zona. Cuando partió, Scarlett anheló algún día regresar al América, y en su regreso de anoche al Azteca, demuestra tener tatuada la playera tricolor a la que besa como lo hacía con la crema.