La conductora de televisión Galilea Montijo aseguró que no
llegó borracha a trabajar como lo aseguran quien la escucharon muy rara en la
transmisión del programa La casa de los famosos. Las comparaciones no se
dejaron esperar, cuando la lectora de noticias Yuriria Sierra llegó
alcoholizada a la cabina de radio de
Grupo Imagen y su noticiario tuvo que
sus penderse, ya que no podía ni siquiera pronunciar el nombre del presidente
Andrés Manuel López Obrador al que tanto ha golpeado mediáticamente. A
diferencia de la situación de Yuriria donde su estado de ebriedad a cuadro, fue
ocultada hasta por los programas especializados en chismes y ni se dignó en
ofrecer una disculpa al auditorio , el caso de Galilea fue diferente y puntualmente aclarado, ya que la
jalisciense declaró con inmediatez que la
situación fue debido a su dentadura que está sujeta a un tratamiento odontológico
que ha tenido que interrumpir por la demanda de trabajo, y se disculpó con el
público al respecto. "¡Sentía que podía salir volando! Tenía miedo de que
se me saliera la prótesis que traigo, entonces una disculpita. Usted sabe que
sí me gusta el agüita de jamaica, pero nunca en el trabajo, la verdad me da
mucho miedo y sobre todo tener una responsabilidad como esa, no podría",
explicó Galilea a quien muchos le
creyeron sus palabras y otros dudaron de su explicación, ya que no solamente tenía dificultades
al hablar sino que también parecía buscar piso parejo en la transmisión en que
lucía espectacular y con larga trenza. Lo cierto es que no se puede señalar con
claridad, de que “Gali” haya llegado borracha ante el micrófono, y fue avlada por su propio dentista de que la conductora estaba bajo tratamiento, situación contraria a la evidente conducta de Yuriria Sierra quien llegó alcoholizada y cubrió su conducta en todos los medios aunque no fue despedida de manera inmediata,
sino al transcurrir unas semanas más de sus transmisiones de noticias etílicas, lo que resulta una falta de respeto imperdonable al público y que no se queda en el terreno de los insoportables chismes sino que traspasa el debate público respecto a la decadencia que sufren en todos aspectos los medios convencionales de comunicación.