Cristiano Ronaldo entre la luz y la oscuridad. El hombre que buscaba las cámaras para que se captaran sus festejos, hoy aguantó con su vanidad el llanto para lanzarlo hasta entrar al túnel vestidores sin saber que seguía siendo captado por todo el mundo. Cuánto pesa una Copa del Mundo, que ni los jugadores que han ganado todo pueden mencionar todo sin el objeto dorado que los acredite como campeones del mundo con su selección nacional e inmortalizarse como Pelé o Maradona cuya carrera no sería entera. Con más goles en toda su carrera que el propio Pelé, con una disciplina y un temple contrastante con la pasión de Maradona, y fiel a su escuadra nacional como el guerrero Franz Beckenbauer, resulta que sus copas de liga, supercopas, eurocopas, liga de naciones, liga de campeones, mundial de clubes, balones y botas de oro, Golden foot, Premio al máximo goleador de todos los tiempos, pichichis, mayor anotador con su selección y con cualquier selección del mundo, resultan letras pequeñas en el libro de historia en donde el Mundial de Fútbol es el renglón más importante para el universo deportivo. Ronaldo el único futbolista que ha anotado en cinco mundiales diferentes y que más veces ha sido resignado el mejor jugador de Europa, hoy parece haber sido reprobado en su examen profesional llevando la mejor tesis. El Mundial de Qatar era la última oportunidad de ser campeón mundial y en las mejores condiciones después de acudir a la cita de cinco ediciones y cuyas lágrimas de hoy, han sido de derrota y no de victoria, ante el marcador de 1-0 en que Portugal pierde con Marruecos que se convierte en el primer país africano en llegar a una semifinal. Entró Cristiano al minuto 50 del juego, ocho minutos después del gol del marroquí youssef. ya le había tocado ser observador de la celebración de la banca africana, misma que ha ocupado desde su partido anterior de octavos de final contra Suiza, sin que se haya explicado con claridad cuál fue su lesión o sí se trató de un acto indisciplinario que no pudo pasar por alto el técnico Fernando Santos, lo cierto es que Ronaldo al entrar al campo, de estar a mitad de su nivel, aún así sobresalía de sus compañeros que lo hicieron muy bien ante suiza pero que ante Marruecos resultaron inoperantes a falta de su motor de ataque. Las narraciones en los últimos minutos en una cancha mundialista para Cristiano
resultaban contundentes: “ R7 reclamaba un balón rápido al recogepelotas, el
cronómetro va en contra, el marcador también. Objeto de una falta después, no
para de pedir la pelota, de ejercer su presencia como capitán, como líder, de ordenar a sus
compañeros. Ahora no alcanza un centro
de Bruno Fernandes. Deja un balón con el pecho para el corazón del área en donde no llegó nadie. No hay manera para revertir el adiós frente a
Marruecos. Pepe falla un cabezazo que parecía el 1-1 y el árbitro argentino Facundo Tello
silva el final de la batalla" Después Cristiano Ronaldo trata de retener sus lágrimas
hasta llegar a la oscuridad de un pasillo, y cerrar la puerta de su vestidor al
igual que su historia mundialista.
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