LENTE OCULTO.-El regreso al cine de Verónica Castro y el fallecimiento del brillante cineasta Jorge Fons en solamente ocho días, nos da constancia de lo vivo del cine casero, con todo y sus criticadas épocas de ficheras, luchadores, cómicos y narcotraficantes, o sus épocas doradas de actores dramáticos en medio de madres abnegadas y jóvenes que buscaban el libertinaje en el rock and roll. El conductismo aplicado que convierten en figuras internacionales a quienes han participado en el sobrevaluado cine de Hollywood y que se santifican con el Oscars, no han conseguido la profundidad actoral que brinda el cine mexicano. La veracruzana Salma Hayek que logró estar a la altura de María Conchita Alonso y Penélope Cruz, su mayor obra cinematográfica la realizó para el cine nacional y con Fons, en la película "El Callejón de los Milagros" en donde no necesitó ni boas ni efectos especiales. Las grandes damas de las últimas cinco décadas, han encontrado su inmortalidad artística en los estudios mexicanos y no en aquellos a los que tanto sueñan llegar, por lo que con todas sus deficiencias, falta de recursos, las mafias distribuidoras y políticas corruptas, al final el ingenio y el talento del cine mexicano no se ejemplifica con la trilogía de risa en vacaciones, aunque tampoco se generaliza.
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