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A falta de pasaporte, Serrat entró a territorio mexicano con arte, país al cual descubrió que era amiguero, deslumbrante y en donde el surrealismo era una cotidianidad. el pasado 19 de mayo, Joan Manuel Serrat se ha despedido de sus conciertos como cantante, con la palabra "nunca más" que únicamente utilizan los valientes o los ingenuos. El Auditorio Nacional máximo recinto de la CDMX, lo abrazó como un monstruo que apaga con su dedo pulgar y medio, la flama de una vela, para que se escucharan las tradicionales "Golondrinas" de despedida, y su último tema en vivo, "Un Mundo Raro" de José Alfredo Jiménez, y luego el silencio con lo que se extinguió su canto a la par del neoliberalismo presidencialista en México. Serrat dijo haber llegado a México, en el en torno de las matanzas estudiantiles, y ahora se despide con un en torno de violencia extrema, sin que haya mencionado la palabra "Terrorismo". La vida política de la patria mexicana puede ilustrarse con la actividad de Serrat como cantante, en donde el español realizaba cantos valientes ante tantos cantos que solamente eran románticos pero sin compromiso crítico. La voz del poeta se anido en la guitarra de Serrat para un espectador inteligente que pudo distinguir al prohombre del gusano y al avaro de sus divisas.
