“Me ha tocado en suerte ser el último orador, cosa que me
alegra mucho porque, como quien dice, así me los agarro cansados. Sin embargo,
sé que a pesar de la insignificancia de mi país que no tiene poderío militar,
ni político, ni económico, ni muchos menos atómico, todos ustedes esperan con
interés mis palabras ya que de mi voto depende el triunfo de los Verdes o los
Colorados”. Lo anterior es el mejor discurso que se recuerda de un mexicano
ante las naciones unidas y no fue producto de la realidad internacional de
México, sino de la película “Su Excelencia” que protagonizó el actor Mario
Moreno “Cantinflas” en 1967 bajo la dirección de Miguel M. Delgado,
porque en la vida política real, México sometido a la presidencia fraudulenta,
no tenía la calidad moral para confrontar a las potencias ni dirigirse a los
países pobres con la dignidad, como solamente lo podía hacer Cuba. Díaz Ordaz y Echeverría en carácter como Genocidas, López Portillo, Zedillo,
Peña como líderes amorales de una
máquina electorera que también colocó a sus supuestos opositores Fox y Calderón
o Salinas de Gortari quien tenía ambiciones neoliberales con aspiraciones a
cargos internacionales que se frustraron
con la muerte de Colosio, ¿quién de ellos tendría la calidad moral para
enfrentarse a dictadores y saqueadores de América Latina y el mundo?, cuando
su único momento de lucimiento era acudir a foros internacionales para hablar
en inglés, como desnaturalizados de su lengua originaria, que ni siquiera es su español. En cambio, con toda dignidad, ha sido el actual Presidente de México, Andrés
Manuel López Obrador quien llegó a la ONU, como el Presidente más aceptado en
toda América, y quien ha ocupado a la
presidencia de su país, con un 80 por ciento de votos a su favor sin fraude electoral, y quien estando en una máxima tribuna internacional, criticó
severamente a lo que se ha convertido en un club solapador de potencias
mundiales disfrazado de Consejo de Seguridad Mundial, y que sirve para señalar quienes son dictadores y amenazadores bélicos o terroristas para convertirlos en lugares fertiles de invasión para los imperios, mientras que por otro
lado, cubren a homicidas formales y materiales que lucran y manipulan con la
vacuna anticovid, causando miles de muertes. El Presidente de México, Andrés
Manuel López Obrador, pronunció un discurso ante el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas en el que habló sobre la migración y la lucha anticorrupción y
criticó la distribución de vacunas de covid-19 a través de Covax y hasta a la
propia ONU, pero también puso propuestas en la mesa para la verdadera seguridad
del mundo, en sus bienes más preciados, que son la salud, la mayor posible certeza vivencial y la
felicidad. "Sería hipócrita ignorar que el principal problema del planeta
es la corrupción en todas sus dimensiones, la política, la moral, económica,
legal, fiscal y financiera", dijo Andrés
López Obrador como líder de la asamblea y
en su carácter de miembro de seguridad, afirmando que precisamente la corrupción es la
causa principal de la desigualdad pobreza, la frustración, la violencia y la
migración. "Mientras las farmacéuticas privadas han vendido el 94% de las
vacunas, el mecanismo Covax, creado por la ONU para países pobres, apenas ha
distribuido el 6%", reprochó a las naciones como nunca antes lo había
hecho un mexicano en su carácter de Jefe
de la Nación. "La paz es fruto de la justicia" por eso la
"solución de fondo" es acabar con el desempleo, favorecer la
incorporación de jóvenes a la educación y al empleo, evitar la descomposición
social y proteger los valores morales. No vengo hablar de seguridad como
sinónimo de poderío militar ni como argumento para el empleo de la fuerza
contra nadie; El principal obstáculo para el ejercicio de ese derecho es la
corrupción en todas sus expresiones: los poderes trasnacionales, la opulencia y
la frivolidad como formas de vida de las élites, el modelo neoliberal, que
socializa pérdidas, privatiza ganancias y alienta el saqueo de los recursos
naturales y de los bienes de los pueblos y naciones, nunca antes en la historia
del mundo se había acumulado tanta riqueza en tan pocas manos mediante el
influyentismo y a costa del sufrimiento de otras personas, privatizando lo que
es de todos o lo que no debe tener dueño, adulterando las leyes para legalizar
lo inmoral, desvirtuando valores sociales para hacer que lo abominable parezca
negocio aceptable. El espíritu de cooperación pierde terreno ante el afán de
lucro. Optar por los pobres implica, adicionalmente, asumir que la paz es fruto
de la justicia y que ningún país puede ser viable si persisten y se incrementan
la marginación y la miseria, Las acciones fundamentales no son las coercitivas,
sino las que incorporan a todas las personas al estudio, al trabajo, a la salud
y al bienestar en los lugares en los que nacieron o residen, de modo que no se
vean obligadas a abandonar sus pueblos por hambre o violencia. Nunca en la
historia de esta organización se ha hecho algo realmente sustancial en
beneficio de los pobres pero nunca es tarde para hacer justicia. Y propuso: “en
los próximos días la representación de México propondrá a la Asamblea General
de las Naciones Unidas un Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar. El objetivo
es garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que
sobreviven con menos de dos dólares diarios.La propuesta de México para
establecer el Estado mundial de fraternidad y bienestar se puede financiar con
un fondo procedente de al menos tres fuentes:El cobro de una contribución
voluntaria anual del cuatro por ciento de sus fortunas a las mil personas más
ricas del planeta.Una aportación similar por parte de las mil corporaciones
privadas más importantes por su valor en el mercado mundial.Y una cooperación
del 0.2 por ciento del PIB de cada uno de los países integrantes del Grupo de
los 20. De cumplirse esta meta de ingresos, el fondo podría disponer anualmente
de alrededor de un billón de dólares.En su informe anual, la ONU podría
destinar un día para otorgar reconocimientos o certificados de solidaridad a
personas, corporaciones y gobiernos que destaquen por su vocación humanitaria,
ayudando a financiar el plan mundial de fraternidad y bienestar”. Después el
representante de la nación mexicana, quien incomodó a quienes son “un peligro para
el mundo” y se disfrazan de policías universales y almas de la caridad, concluyó
su exposición para escribir la
historia que solamente se soñaba en las películas de Cantinflas, y dijo: “sólo
siendo buenos podemos ser dichosos.Y nunca olvidemos que es un deber colectivo
de las naciones ofrecer a cada una de sus hijas e hijos el derecho a la
alimentación, la salud, la educación, el trabajo, la seguridad social, el
deporte y la recreación. Es un honor estar con ustedes, miembros permanentes y
no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que es lo más parecido a un
gobierno mundial y que puede llegar a ser el organismo más eficaz para el
combate a la corrupción y el más noble benefactor de los pobres y olvidados de
la Tierra”.