LENTE OCULTO |
Ningún medio se había bendecido por el usuario como se ha hecho con el internet y sus redes sociales, al grado de que no se olvidará la expresión realizada por el primer Presidente de izquierda que llega de manera democrática en México, cuando aseveró ¡benditas redes sociales!, aunque también tengan mucho porque ser maldecidas. La radio y la televisión que en sus 100 y 71 años, han brindado momentos de alegría o por lo menos de entretenimiento a la mayoría de los mortales, -incluyendo a los intelectuales que tanto lo niegan-, no han sido de gran utilidad para la vida social y política de nuestro país. No podemos olvidar su función socorrista en los terremotos en México y en las tragedias a consecuencia de huracanes y otros fenómenos naturales, pero han sido premeditadamente inutilizadas para la educación pública, aunque se advierta que no es su función principal, para el desarrollo ético, para la correcta información del acto y del hecho y mucho menos para la crítica, por lo que siendo aparatos sonoros, resultaron dispositivos electrónicos mudos del saqueo económico a la nación, de su control de pensamiento direccionado y del sonambulismo que no nos permite darnos cuenta que estando en otro México, nos queramos siguiendo sometiendo a los vicios que deberían superarse ante el siglo XXI, y cuya resistencia puede resultar explicable y lógica para los favorecidos por los abusos del pasado y no para una sociedad, que no se puede presumir de que no sea violenta, pero sí, con el síndrome de adaptación paradójica y del egovotante inútil, cuyo factor determinante han sido los medios de comunicación, es decir la radio y la televisión y no el internet cuyo sistema de comunicación nos está presentando un panorama diferente de otros males, sin desvirtuar la estrategia de acondicionamiento mediático.