Yuli García sin duda es de las mejores reporteras de fondo que haya registrado la televisión mexicana, sus primeras apariciones de gran nivel reporteril fueron apareciendo en CNI canal 40 para después mudarse con el equipo de Denise Maerker a Televisa, en donde tuvo su primer muro de contención al no permitirle la televisora presentar un reportaje con imágenes inéditas del linchamiento de Tláhuac, a pesar de que dicha barbarie se había transmitido en vivo para los dos canales abiertos de televisión, bajo acontecimientos obscuros en donde ya se quería comprometer al entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador. Más tarde en una guerra de trucos y azotes políticos, la comunicadora colombiana pero nacionalizada mexicana, se metió de fondo para investigar una transmisión en vivo en donde se liberaban a secuestrados y se atrapaban a secuestradores para evidenciar lo que resultó el montaje entre Génaro García Luna, secretario de Seguridad en el gobierno del expresidente Felipe Calderón y el lector de noticias Carlos Loret de Mola, lo que trajo como consecuencia, la libertad de la supuesta secuestradora francesa Florence Cassez en razón de existir vicios en su detención, y lo que hace unos días ha sido la exhibición pública y transparente del caso, en voz del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Posteriormente Yuli pasa a formar parte del equipo informativo de MILENIO Televisión pero fue despedida por el corrupto Carlos Marín, quien tenía la dirección del canal, toda vez que la informadora cubrió con claridad y sin las manipulaciones que le convenía a esa casa informativa, el caso del incendio de la Guardería ABC en el sexenio de Vicente Fox. El instinto reporteril y la valentía de Yuli García le permitieron apreciar en su momento, lo extraño de la transmisón montada por Carlos Loret de Mola y que posteriormente fue un acto reconocido por el lector de noticias y por el propio García Luna quien hoy se encuentra en una prisión de los Estado Unidos por delincuencia organizada; pero también se ha puesto de manifiesto, el ímpetu informativo de la profesional de la noticia que le han limitado a la virtuosa reportera ante un periodismo en dominio de intereses empresariales que han dominado hasta a gobiernos.
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