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LENTE OCULTO.-La victoria del Checo Pérez resulta importante por su
entorno, ante una incansable lucha inteligente en la pista y fuera de ella,
que es reflejo de un individuo que tiene un punto determinado con claridad, sin
basarse en lo que otros dicen u opinan,
y con la convicción en el volante. Los grandes patrocinadores que se
desgarraban las vestiduras porque la Ciudad de México podría quedarse sin organizar un Gran
Premio de Fórmula 1, en donde sus ganancias
estaban aseguradas y sus inversiones eran subsidiadas y corrían en mayor parte por el erario público del gobierno de la capital; no fueron capaces de brindarle ni el más mínimo apoyo a este exitoso piloto mexicano, que
sin tener las condiciones presentes y futuras en certidumbre, logró arriesgar
en una pista inconveniente, lo que otros no quisieron arriesgar teniendo entre
llantas un mejor equipo. La espera para demostrar su verdad y mostrar que no estaba equivocado -en su insistencia ante tantos "no"-, duró 190 carreras en el máximo circuito,
pero su victoria es importante en la historia deportiva de México dentro del automovilismo, aunque el fútbol soccer es capaz de opacar al taekwondo, al
raquetbol y a otras disciplinas deportivas en donde mexicanos han sobresalido. Sin ser botín político con la
inoportuna llamada presidencial captada a nivel nacional por la televisión, que se acostumbraba en otros sexenios; el
ganador del Gran Premio de Sakhir, tuvo tiempo para reflexionar consigo mismo, y
soltar la sonrisa de la victoria, como preámbulo para escuchar con orgullo el Himno Nacional Mexicano que no retumbaba en un autódromo de la máxima instancia, desde hace
cincuenta años, cuando el piloto Pedro Rodríguez defendiendo a la escudería
Yardley Team, consiguiera la misma hazaña, el 7 de junio de 1970, en el Big Premio de
Bélgica. En el caso de Sergio Michel
Pérez Mendoza, lo hizo en condiciones incendiarias y con un motor inferior a las grandes potencias que tuvo
que rebasar para alcanzar la meta, con
una ventaja de 10.5 segundos sobre el Renault de Esteban Ocon y de 11.9 por
delante de su compañero Lance Stroll. El piloto de Racing Point, ya aseguró su nombre
dentro del libro de automovilistas universales y como un ejemplo más, que los éxitos deportivos de nuestro país siguen siendo
individuales sin una infraestructura y estructura social para recibir un apoyo
efectivo de parte del Estado, que ya deberá atender, ante cientos de otras principales prioridades en país profundamente saqueado pero con mexicanos talentosos en sus disciplinas, que con el tiempo adecuado en su proceso, logran grandes victorias y que se entone la obra patria de Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó.
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