Cuando existe talento, las circunstancias para sobresalir será cuestión de constancia y tiempo. Iraymi Olivares con su simpatía, hermosura y talento; se perfila como la nueva joya de la conducción y como un martillo virtuoso de oro, para romper con elegancia y fineza, aquellos moldes deteriorados que guardan algunas fórmulas obsoletas y corrientes de la comunicación.