Largas colas en taquilla para ver a Verónica Castro en cine
y en teatro para apreciar su hermosura y después su talento actoral que también
los conquistó. En 1970 debutó en teatro con Romero y Julieta y su primer éxito
fue un año después con el juego que todos jugamos y en 1974 con 24 horas contigo. En el cine se volvió la
mujer del pueblo en 1986 con chiquita pero picosa y en 1989 con Dios se lo
pague, en lo que muchos llamaron la versión de ídolo femenino de Pedro Infante.
Su rostro la llevó al rotundo éxito en cintas como Mi mesera, Un sueño de amor,
Bikinis y Rock, La recogida, Volveré a nacer, entre otros.
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