ADIOS SILVIA PINAL

 

Por el número de asistentes, el adiós que s ele brindó a Silvia Pinal en el Palacio de Bellas Artes, no se puede comparar con la multitud que despidió a Juan Gabriel a José José a María Félix y ni que decir a Pedro Infante o las sorprendente asistencia que se dio ante el cuerpo de Mario Moreno Cantinflas o el escritor Gabriel García Márquez. el homenaje aunque tuvo menos duración que los anteriores, lo cierto es que el llamado de la televisión para que el pueblo se diera cita al inmueble de mármol no se dio  como muchos pudieron creerlo, por lo que nuevamente el corazón del pueblo demostró que late sensiblemente y sordo  a la propaganda engañosa, ya que si bien es cierto nadie duda de la grandeza de Silvia Pinal también es cierto que su trayectoria política como priísta y su lejanía con el ciudadano de  a pie desde su esfera  de cristal, al final pesó más que su talento,  ya que de haber sido más cercana a quienes consumían sus programas de televisión,  de quienes se formaban en una taquilla para apreciar sus obras musicales y  acudían  a admirarla en el cine, Pinal  no solamente hubiera sido un punto de admiración sino también de cariño popular. Silvia no tenía loas aires de diva  inalcanzable para su clase social y su esfera artística ni era mitómana como María Félix, simplemente disfrutaba la vida  en su esfera política, social y artística. con trabajo actoral, relaciones públicas y fiesta, situación que en nada le quita  el gran personaje que  ella fue y la herencia artística consanguínea que también hereda.  

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